Proyecto Hipona: 1. Crónica del Encuentro 3. Galería de Fotos del Encuentro 4. Discurso de Apertura del Encuentro 6. Historia del Proyecto Hipona, sus paso desde la primera reunión en Conocoto 7. Homilía de Clausura del Encuentro Comentarios o Preguntas email: oalaosa@gmail.com XIV Asamblea de OALA Acta de la XIV Asamblea de OALA, Lima, febrero 1999 Anexo I del Acta Anexo II del
Acta Anexo III, IV,
V del Acta Discurso Inaugural del Prior General Ponencia: 30 años de OALA: Una perspectiva de los Logros y Desafíos (Jesús Guzmán, OSA) Perspectivas del
Presente y Futuro de OALA Misa de Clausura Documentos de la Directiva de OALA en
preparación para Evaluación del Cuatrienio: Propuestas presentados al Capítulo General de 1995 por la XIII Asamblea de OALA Pastoral Urbana, Rural y Misionera Anteproyecto para el Cuatrienio de 1999-2003: Propuestas para el próximo Capítulo General Propuestas para cambios en los estatutos Acta de la Reunión de la Directiva 30 de nov. al 4 de diciembre |
MODELO IDEAL DE CENTROS DE FORMACION / DE ESPIRITUALIDAD
Lectura bíblica: Mt 7, 15-29. Reflexión La comunidad agustiniana no sólo busca vivir la espiritualidad y el tipo de vida conforme al ideal de S. Agustín, sino que siente la necesidad y la obligación de comunicar y compartir con la Iglesia y con todos los hombres y mujeres este ideal de vida, porque lo considera como una respuesta válida a las aspiraciones más profundas del ser humano y como camino hacia el establecimiento del Reinado de Dios en la historia: "nosotros, por nuestra santa vocación, estamos obligados a promover entre los fieles los valores espirituales con nuestro comportamiento y con las obras de apostolado..." (Const. n. 23). En efecto, "impulsados por la fraternidad apostólica y por las "exigencias de la caridad" no podemos por menos de comunicar, mediante nuestra actividad, a toda la Comunidad eclesial y a todos los hombres, lo que Dios se ha dignado obrar en nosotros y en nuestra Comunidad, viendo en todos a Cristo" (Const. n. 39), puesto que existe "una necesidad de transmitir a los demás las riquezas inefables de Cristo que los hermanos adquieren en la comunidad y que, a través de ella, comparten con los demás. El apostolado agustiniano es una actividad externa que dimana de una vida interior profunda" (Const. n. 40). Ahora bien, la comunicación de los valores interiores es el resultado natural de una formación integral, constante y permanente, que nos permita compartir los bienes espirituales como valores del Reino, los cuales son vivenciados a partir de nuestra propia espiritualidad o carisma, de manera que "cuando hablamos de Formación Agustiniana, entendemos una formación impartida teniendo en cuenta los acentos específicos que Agustín dio al mensaje de Cristo y que nos revelan su ideal. De ninguna manera Agustín pretende ser el centro de nuestras vidas. Tal centro no es otro que Cristo y su Evangelio. No obstante, la fe en Cristo no se vive de una forma abstracta, sino siempre de un modo personal, como vemos por las diferencias entre Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Pablo. Diferentes espiritualidades o carismas actúan en estos autores, pues cada uno de ellos insiste en aspectos diferentes del mismo mensaje" (Ratio Institutionis Ordinis Sancti Augustini, n. 12). Así, con sentido realista, las comunidades viven el ideal agustiniano y el sentido comunitario en la Iglesia, de modo que se convierten en fuerza de atracción que, con sentido profético, anuncian los valores del Reino y denuncian todo lo que en nuestra realidad es opuesto a la presencia de este Reino. En otras palabras, la formación agustiniana hace presente en la Iglesia la aportación del propio carisma, teniendo en cuenta los acentos específicos que Agustín dio al mensaje de Cristo y que nos revelan su ideal. Esto debería llevarnos a reflexionar sobre algunos aspectos específicos de la formación, sea inicial o permanente:
Como se puede deducir de las anteriores exigencias para la formación, una verdadera formación agustiniana sólo se puede dar con la cooperación asidua e incansable de toda la Familia Agustiniana, especialmente de los que forman las comunidades a esto dedicadas, a través del testimonio de cada uno de los Hermanos. Por eso, la Orden, mediante la Ratio Institutionis, las Provincias mediante sus propios Planes de Formación, y las comunidades especialmente dedicadas a la formación, participan en la realización del trabajo formativo. Por su parte, las comunidades que atienden a asociaciones agustinianas o a diversos grupos laicales han de ser transmisoras de la espiritualidad agustiniana con la vivencia profética del propio carisma, la participación en momentos significativos de la vida comunitaria y la enseñanza de la doctrina agustiniana, ya que tenemos que estar conscientes de que solo formando verdaderos equipos pueden realizar su misión. En los centros de formación inicial, aunque el trabajo y el compromiso sea de toda la comunidad, es decir en equipo, tanto las Constituciones como la Ratio Institutionis, especifican las responsabilidades propias de cada uno de los miembros de la comunidad, lo que supone respeto de los diversos oficios. Así mismo, quienes se encuentran en las diversas etapas de la formación, crecen en la identificación con el carisma agustiniano a través de la vivencia, en la comunidad, de la espiritualidad agustiniana, con una participación activa y libre. Por eso es deber prioritario evaluar nuestra vida y revisar constantemente (Capítulos Conventuales y otras reuniones de evaluación y programación), con actitud siempre abierta al diálogo, la marcha y los resultados del trabajo, a la vez que proyecta sus acciones futuras. Preguntas para dialogar en Comunidad ¿Los planes de formación inicial y permanente toman en cuenta las implicaciones que el carisma exige, expresada en la Ratio Institutionis? ¿En que medida se está consciente que el carisma de San Agustín está al servicio de la edificación del Reino en nuestros pueblos y culturas latinoamericanos? ¿Podemos señalar algunos aspectos concretos de esta inculturación? ¿Cuáles son las principales dificultades que nuestra comunidad afronta en este esfuerzo formativo, encarnado e inculturado? ¿Los centros de formación y de espiritualidad agustiniana buscan promover el sentido comunitario de la vida, apoyados en la comprensión y experiencia que Agustín tuvo de la vivencia del evangelio y buscar juntos al Dios revelado por Cristo, como Camino de unidad entre todos los hombres?
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