SEGUNDA PARTE
MODELO IDEAL DE LA PASTORAL PARROQUIAL AGUSTINIANA
Oración inicial
Nosotros, Señor, somos tu grey pequeñita. Tú nos posees.
Extiende tus alas para que nos refugiemos bajo ellas. Tú serás nuestra gloria. Por ti
seamos amados y tu palabra sea temida entre nosotros.
Confesiones X 36, 59
Lectura bíblica: Ap 21, 1-5
Reflexión
La celebración pascual nos invita con gozo a renovar nuestra vida,
pues en ella se realiza lo que ya el Apocalipsis proclama: "vi un cielo nuevo y una
nueva tierra... Vi también bajar del cielo, enviada por Dios, a la ciudad santa, la nueva
Jerusalén, engalanada como una novia que se adorna para su esposo... Y dijo el que estaba
sentado en el trono: yo hago nuevas todas las cosas" (Ap 21, 1.2.5).
Por ello, el tema de la renovación comunitaria va estrechamente unido
a la "revitalización" comunitaria.
Cuando esta anhelada "renovación" o
"revitalización" se asumen como actitud de vida en la Comunidad, es preciso
entonces revisar nuestra vida y nuestras obras. Pensemos en la "parroquia", la
cual está actualmente entreteniendo a casi la mitad (46.9% ya que en 1993 eran 270
frailes los que trabajaban en parroquias) de los agustinos que trabajamos en América
Latina. En propósito, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada afirma:
En las parroquias, en algunos casos, resulta difícil coordinar la vida
parroquial con la vida comunitaria. En algunas regiones, para los religiosos sacerdotes,
la dificultad de formar comunidad, cuando se ejerce el ministerio parroquial, crea no
pocas tensiones. Las múltiples tareas pastorales, propias de una parroquia, se llevan a
cabo, a veces, con detrimento del carisma del instituto y de la vida comunitaria, hasta el
punto de hacer perder de vista a los fieles y al clero secular, e incluso a los mismos
religiosos, la percepción de la peculiaridad de la vida religiosa. Las necesidades
pastorales urgentes no deben hacer olvidar que el mejor servicio de la comunidad religiosa
a la Iglesia es el de la fidelidad al propio carisma. Esto se refleja también en la
aceptación y en el modo de llevar las parroquias. Se deberían preferir aquellas que
permiten vivir en comunidad y en las que se puede expresar el propio carisma. (La vida
fraterna en Comunidad, 61)
El texto citado resalta algunos puntos que podemos considerar:
el trabajo parroquial en ocasiones hace perder la peculiaridad de la
vida religiosa
el mejor servicio de la comunidad religiosa consiste en la fidelidad al
propio carisma
el carisma propio favorece el modo de llevar la parroquia
("parroquia agustiniana")
se deben preferir las parroquias que permitan vivir en comunidad
se deben preferir las parroquias que permitan expresar el propio
carisma
Estos aspectos nos llevan a una seria consideración respecto a la
renovación del modelo parroquial que estamos llevando en nuestra Circunscripción, pues
no se trata de llevar parroquias al estilo del clero secular, o de elegir entre las
propuestas existentes (v.gr. Parroquia 2000...), puesto que en la comunidad agustiniana,
el trabajo parroquial corresponde a todos los miembros que están trabajando en ella, pues
es a la Comunidad, y no al individuo a quien se confía la parroquia (cf. Const. n. 162).
De hecho, los oficios de "párroco" o "vicario parroquial" son
nombramientos funcionales en la comunidad local agustiniana. Según nuestras
Constituciones "el párroco, a quien se confía la cura de las almas, tendrá con la
mayor frecuencia posible diálogos fraternos con los Hermanos de la Comunidad para
discernir lo relativo a la vida parroquial, de modo que se ayuden mutuamente con sus
consejos, colaboración y ejemplo, y atiendan a la cura parroquial con voluntad concorde y
común esfuerzo" (n. 173).
A partir de esta propuesta constitucional, nos deberíamos dedicar a la tarea de
elaborar un modelo ideal de una parroquia agustiniana, cuyo rostro exprese algunos de los
siguientes roles, considerados necesarios para expresar mejor nuestro carisma en la
parroquia como Comunidad:
La comunidad agustiniana trabaja en equipo y promueve el trabajo como
equipo, con reuniones periódicas de oración, de programación, de evaluación
la comunidad agustiniana busca crear comunidades en círculos cada vez
más amplias
la comunidad agustiniana acompaña al Pueblo en el proceso de
crecimiento en la fe, tanto en el ámbito personal como comunitario, animando y
promoviendo a cada persona en su vocación cristiana para un mundo mejor
la comunidad agustiniana ora y anima la participación de los fieles en
la oración de la Iglesia, la liturgia de las horas, enriqueciendo esta con aportes desde
nuestra espiritualidad agustiniana; también se preocupa de promover la celebración de
fiestas de significado especial para la Orden
toda la comunidad agustiniana se siente responsable para la conducción
y pastoreo de la parroquia, encarnando el sentimiento expresado por Agustín: "Para
ustedes, soy obispo; con ustedes, soy cristiano".
la homilía dominical es fruto de la reflexión bíblica y
contemplación de la realidad realizada regularmente por la comunidad agustiniana de tal
forma que el contenido básico de la predicación es común para todas las celebraciones
dominicales mientras el estilo de cada miembro de la comunidad es respetado
la comunidad religiosa comparte la espiritualidad agustiniana con
grupos de laicos por medio de momentos de oración (enriquecidos por textos de nuestra
tradición agustiniana) en que se contempla y se celebra la presencia de Dios en
medio de nosotros- y estudio de la espiritualidad agustiniana, cursos y retiros
espirituales que promueven nuestro carisma
la comunidad agustiniana dedica tiempo regularmente al estudio y el
perfeccionamiento en técnicas pastorales
la comunidad agustiniana y el equipo parroquial emplean los medios de
comunicación social del ambiente (contribuyendo artículos a revistas y periódicos,
entrevistas y programas a estaciones de radio y televisión)
la comunidad agustiniana busca ser modelo de convivencia social,
fermento de una fraternidad cada vez más justa y se compromete en la transformación de
la sociedad
la comunidad agustiniana ejerce su ministerio con actitud y espíritu
de servicio, sin buscar el lucro personal o de la comunidad religiosa.
Al mismo tiempo, deberíamos llegar a un consenso respecto a la
configuración de la parroquia que deseamos, pues el corazón del modelo ideal de la
pastoral parroquial agustiniana es el don y la tarea de ser una comunidad promotora y
coordinadora de comunidades, es decir, de la comunión orgánica y dinámica de las
personas y familias comunitarias, de las comunidades menores y del Pueblo de Dios, en
proceso de crecimiento permanente en la fe, en la Iglesia particular. Posiblemente ésta
sea la mejor síntesis de nuestro ideal de vida, ya que la parroquia agustiniana debe ser
una "Comunidad de comunidades".
Veamos ahora algunas de las características "ideales" de una
parroquia ante las cuales estamos obligados a dar respuesta, en fidelidad a nuestro
carisma:
la parroquia se siente Pueblo de Dios llamado a crecer en la santidad
la parroquia vive la espiritualidad de comunión, promoviendo la
participación activa de cada bautizado según el don particular que ha recibido, buscando
activamente a los que no acostumbran participar, haciéndoles sentir acogidos y
bienvenidos
es integrada en la pastoral orgánica de la Iglesia particular,
promotora de la pastoral sacramental evangelizadora
es espacio de integración de las diversidades (grupos apostólicos,
movimientos de distinta naturaleza)
es "centro de escucha atenta del clamor del pobre" que
sensibiliza a los problemas sociales
con celebraciones litúrgicas encarnadas en la cultura, con símbolos
inteligibles que favorecen relaciones comunitarias
promueve el compromiso solidario de todo bautizado, de cada familia y
de toda comunidad menor en la pastoral orgánica de la parroquia
la parroquia es comunidad de fe, de culto, de caridad y misionera
los diversos movimientos y grupos de la parroquia participan según su
don particular a beneficio del bien común y la pastoral orgánica de la parroquia
los diversos ministerios, ordenadas y laicales, surgen de la comunidad
y como respuesta a las necesidades de la misma
la parroquia vive un proceso de crecimiento en la fe sistemáticamente
en cuanto al contenido, tomando en cuenta cada nivel de actividad pastoral (la persona,
las familias, las comunidades y la parroquia en sí)
las estructuras parroquiales favorecen el diálogo, la comunión, la
participación y el respeto por la diversidad dentro de la unidad
la pastoral juvenil con la promoción vocacional agustiniana tiene
prioridad en los distintos niveles de actividad pastoral
cada familia es una comunidad de fe, de culto, de caridad y misionera
cada comunidad menor es una comunidad de fe, de culto, de caridad y
misionera
cada comunidad menor agrupa libremente en nombre de la fe cristiana
cada comunidad menor es vinculada orgánicamente con la Iglesia
particular y con las demás comunidades menores por medio de la parroquia.
4. Preguntas para dialogar en Comunidad
-¿Cuál es la idea fuerza para que nuestra Comunidad trabaje en la
pastoral parroquial con un rostro más agustiniano?
-¿En qué medida colaboramos y nos sentimos corresponsales en la tarea
del "párroco"?
-¿En qué medida nos sentimos corresponsales asumiendo una parroquia
confiada a nuestra Comunidad?
-¿Están presentes en nuestra pastoral parroquial los principios del
bien común, de la unidad, de la colaboración, de subsidiariedad, de coordinación y de
la persona justa en el puesto justo?