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ENCUENTROS DE FORMADORES OALA
1977-1994

Introducción

Febrero de 1977- Lima

Abril de1980- Cochabamba

Enero de1981- Buenos Aires

Diciembre de1986- Caracas

Enero de 1988- Conocoto

Julio de 1991-
San José

Julio de 1993- Bogotá

Septiembre de 1994- Lima

CONCLUSIÓN-
El Hilo Conductor de los Encuentros de Formadores

 

Reunión de Formadores de América Latina

Documentos de los Encuentros de Formadores en América Latina


DOCUMENTO DE CARACAS-66
Encuentro de Formadores, 30 de noviembre al 4 de Diciembre, 1986


Los días 30 de noviembre a14 de diciembre de 1986, se llevó a cabo, en Caracas, un nuevo encuentro de responsables de la formación agustiniana, convocado por la Asesoría del área de vocaciones de la OALA. Estuvieron presentes: P. Joaquín García, secretario general de la OALA; P. Francisco Morales, asesor para el área de vocaciones; los PP. formadores Antonio Torío (Argetina), Hans van den Berg (Bolivia), Antonio Carlos de Almeida (Brasil); Francisco Galende (Chile), Rafael Alonso (Panamá), Francisco Vísairas (Puerto Pico), Aurelio Malagón, Francisco Amor y Jesús Cano (Venezuela). Nos acompañó el segundo día el P. Pedro Rubio, Provincial de la Provincia de Filipinas.

La asamblea sintió la ausencia de formadores de las provincias de Ecuador, México y Michoacán, Y viceprovincias de Perú, Colombia y Brasil, circunscripciones de gloriosa tradición agustiniana en Latinoamérica, y en las que sabemos se dan signos de crecimiento vocacional.

En el encuentro quedó de relieve, desde el comienzo, una homogeneidad básica en lo que se refiere a la problemática y desafíos que la formación agustiniana encara en las distintas circunscripciones y en los planteamientos expresados por los participantes en torno a los mismos...

Se abordó, ante todo, el tema de la incidencia en la pastoral vocacional y en la formación agustiniana del estilo de vida de nuestras comunidades, especialmente en la búsqueda constante de nuestro carisma específico; de la estructura actual de la Orden, en particular del tipo de relación e influencia existentes de parte de las provincias europeas de origen hacia las circunscripciones de Latinoamérica; y, por fin, de los formadores mismos y de los modelos de formación.

FORMACIÓN AGUSTMANA_

1.- El primer problema que encaramos en nuestra misión de formadores es la indefinición práctica de nuestro carisma agustiniano, a nivel corporativo, en cuanto ausencia de una inquietud y búsqueda mantenidas, para redescubrir constantemente, de acuerdo a los retos del mundo en que vivimos, cuál pueda ser nuestro aporte específico a las grandes aspiraciones del hombre de nuestro tiempo, y a los grandes desafíos que la realidad circunstante nos presenta.
2.- Nuestros candidatos y formadores se sienten motivados comúnmente, no tanto por la fuerza y luminosidad de nuestra orden y nuestras comunidades cuanto por la atracción y testimonio de determinados "individuos" religiosos. Este hecho les hace fácilmente vulnerables a la frustración y al desencanto.
3.- Esta falta de clarificación dinámica de nuestro carisma formación, por el aislamiento al que se ve sometida la misma en el contexto colectivo: la conexión real de los formandos con la comunidad agustiniana apenas sobrepasa, en muchos casos, la relación con sus responsables inmediatos; para el resto permanecen, muy frecuentemente, "extraños".

FORMACIÓN Y ESTRUCTURA DE LA ORDEN.

4.- La formación agustiniana, en Latinoamérica, carece de formadores suficientemente cualificados. Dos hechos principales parecen bloquear una respuesta efectiva a este gran reto:
a) Los grupos, excesivamente cerrados, que han venido a ser las Provincias de la Orden, hacen inviable un orden de prioridades en la distribución del personal en la Orden, y aun en el abanico de urgencias dentro de cada provincia.

b) La insolidaridad y desconexión entre circunscripciones vecinas, impiden el aprovechamiento de formadores cualificados, al dedicar éstos sus valiosas energías a un número muy reducido de formandos.

5.- La formación agustiniana en el contexto latinoamericano, se manifiesta fragmentada, y no acaba de encontrar su propio camino, en su inserción dentro de las iglesias locales. Se debe esto, en buena parte, a la dependencia condicionante, en muchos casos, de las provincias europeas-madres, que mantienen sobre ellas su influencia cultural, ideológica y decisoria.

FORMACIÓN Y REALIDAD LATINOAMZRICANA.
6.- Se vislumbra, y en buena parte se detecta ya en el presente, a Latinoamérica como uno de los centros vitales de una Iglesia nueva y renovada. Este hecho nos urge a formar agustinos para Latinoamérica., y no ya sólo para las obras de una determinada Provincia en un determinado país.
7.- Creemos en la fuena formadora del estudio, la reflexión, la meditación. Creemos asimismo en la fuerza formadora de la vivencia comunitaria. Necesitamos creer igualmente en la fuerza formadora del pueblo, especialmente el más pobre, por la adecuada inserción en sus afanes, desafíos, temores y esperanzas.


FORMADORES Y FORMANDOS.
8.- Convenimos en que nuestra labor formadora se empobrece en la medida en que no es la Comunidad -toda ella- la que se siente formadora, sino que se hace entrega de la plena responsabilidad de esta misión a determinados individuos. El problema se complica cuando aquellos que han asumido esta responsabilidad se sienten relegados o minusvalorados, en la jerarquía de funciones del contexto comunitario.
9.- Se hace evidente la ausencia de un MODELO unitario coherente y gradual de formación agustiniana. Cada formador, no es raro, inaugura su propio modelo de formación, que es clausurado al finalizar él su función
10.- Tampoco la promoción vocacional es, de ordinario, solidaria: es relegada a algunos individuos que, por otra parte, carecen de material elaborado, de inspiración agustiniana que marque sus líneas de acción. Con frecuencia los promotores no superan la etapa de improvisación.
11.- Los agustinos de Latinoamérica estamos en contacto permanente con no menos de 50.000 jóvenes, en centros educativos propios. No obstante, buscamos, o nos llegan, la mayoría de nuestras vocaciones de ambientes al margen de nuestra actividad docente. Con frecuencia nuestros jóvenes colegiales nos ignoran como "agustinos".
12.- Parece bastante común, entre nuestros religiosos, una cierta "alergia" vocacional: no es infrecuente la indiferencia, o la resistencia abierta a la pastoral de vocaciones, debido quizá a la débil fe en la 'propia vocación o a la autoinstalación que rehuye las incomodidades de una paternidad fecunda

RETOS
a) Urgencia de que los nativos vayan gradualmente asumiendo la responsabilidad y protagonismo de la formación, y demás puestos de influencia, en las respectivas circunscripciones.
b) Formar agustinos para la realidad latinoamericana, y no simplemente para las obras de una determinada Provincia en un determinado país. _
c) Mantener nuestra inquietud y búsqueda para redescubrir de continuo, desde el propio carisma agustiniano, cuál haya de ser nuestro aporte especifico a los desafíos y urgencias de la realidad circunstante.
d) Inquietar a la totalidad de la Comunidad agustiniana (casa, provincia-orden), en el quehacer vocacional y de la formación.
e) Avanzar hacia un MODELO de formación en la línea del carisma y espiritualidad agustinianos, e inserto en la realidad latinoamericana, que aliente la creatividad de cada formador o de cada comunidad
f) Desencadenar una inquietud de formación permanente en la Comunidad agustiniana total, y de los de los Formadores en particular.
g) Coordinar fuerzas para el aprovechamiento de formadores cualificados, en este momento de tantas mini-grupos dispersos de formandos.
h) Propiciar una pastoral vocacional más seria, continuada y solidaria en nuestros centros educativos.
i) Elaborar conjuntamente un material vocacional y de formación, de inspiración agustiniana a partir de la realidad en que nos desenvolvemos

PROPOSICIONES

Como respuesta a estos retos y para superar estas dificultades, hemos acordado el siguiente programa de actividades, a desarrollar en los próximos tres años, y que sometemos a la apreciación de la Asamblea del Consejo de la OALA:

1.- Como servicio a la pastoral vocacional y a la tarea educadora agustiniana, proponemos preparar y
a) Una orientación bibliográfica agustiniana que facilite la lectura de San Agustín, un mayor conocimiento de la Historia de la Orden y de la espiritualidad agustiniana.
b) Una relación de los distintos proyectos de formación existentes en diversas circunscripciones.
c) Un trabajo con el título *FORMAR AGUSTINOS DESDE AMERICA LATINA", a partir de la problemática y aportes más significativos de este encuentro.
2.- Agilizar y dinamizar la comunicaci6n entre formandos agustinos de América Latina. Invitar especialmente a los estudiantes de Teología a hacer uso del Boletín de OALA, enviando al mismo sus propios aportes.
3.- Organizar un curso de formadores de tres semanas de duración, en la ciudad de Quito, en enero de 1988. Su objetivo ofrecer a los formadores instrumentos de trabajo para el mejor desempeño de su misión formadora.
4.- Propiciar un encuentro de formandos profesos, de una semana de duración, en Bogotá, en la primera quincena de enero de 1989.
5.- Apoyar el proyecto de los formadores de novicios del Cono Sur, de una experiencia conjunta, no superior a dos meses de duración, durante el período del noviciado. Esta experiencia tentativa puede servir, quizá de pauta, para otras similares en las demás circunscripciones.
Caracas, 4 de diciembre de 1986

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