logotipo de OALA


Encuentro Continental de Educadores
La Cultura de la Paz


HISTORIA Y FUTURO

(segunda parte)

4. Conclusiones preliminares respecto al papel de la historia en la construcción de una 'Cultura de Paz' en los documentos existentes.-

El papel de la historia en la cultura de paz, que UNESCO nos da a entender luego de evaluar la búsqueda de la paz, por parte de tantas personas y organizaciones, desde que terminara la segunda guerra mundial, implica una perspectiva múltiple.

Por un lado, se afirma que con certeza, por lo menos desde la década de 1990, la humanidad reconoce de manera creciente que su historia está urgida de y preparada para dar un giro de 180 grados. En otras palabras el proceso histórico ha llegado hoy a un punto de tránsito sin retorno, en el cual se produciría un cambio radical que abandonará la vieja cultura de la guerra por una cultura de paz.

Por otro lado, este giro no sería posible sin que se viniera construyendo ya una visión compartida de esta Cultura de Paz en la que el factor determinante de la historia será la conciencia social de las propias gentes.

Finalmente, se reconoce el papel que juega la enseñanza de la historia aún cuando no está claro como pues se reclama al mismo tiempo enseñar todo lo negativo que nos dio la historia (Guerras, armamentismo, racismo y toda suerte de segregacionismos etc,) y también todos los logros de la humanidad en el curso de su historia.

En Cartagena se habló de la utilidad de la historia en la construcción de la integración y de la cultura de paz, enfatizándose la importancia de la alteridad, de la pluriculturalidad y del papel de la educación. Pero, creemos que la discusión pendiente es todavía amplia y que involucra de manera decisiva varios temas delicados. Uno primero, tiene que ver con la historia como una ciencia que está más allá de las utilidades inmediatas. Otro tema, tiene que ver con el significado de la integración, un tercer tema plantea la re-interpretación de las historias nacionales, un cuarto tema conexo se refiere a la naturaleza de las reformas educativas, y finalmente nos preocupa el papel de la enseñanza de la historia, - el tipo de historia y la manera de enseñar la historia a los niños, - en la construcción de nuestro futuro.

5. El papel de las Historias nacionales y las historias patrias en el contexto de los nuevos sentidos en la marcha histórica de la humanidad.-

No vamos a ahondar en la defensa de la Historia Ciencia porque en este momento lo consideramos un argumento redundante. Nos parece mas delicado y urgente plantear el tema de la investigación y enseñanza de las Historias Nacionales y las historias patrias Latinoamericanas en el contexto mundial.

En 1993 el Informe mundial sobre el Desarrollo dado por Naciones Unidas, a propósito de la Cultura de Paz nos planteaba que ante el fin de las tensiones Este-Oeste los países antes involucrados en los riesgos de una confrontación nuclear hoy revisan sus formas de asociación y se preocupan ante las demandas internas del desarrollo. Puesto que, dice el documento, en ESTE PERIODO HISTÓRICO, existen ‘nuevas amenazas derivadas de la vulnerabilidad de medio ambiente, cuyos factores de riesgo nos están recordando, tanto a los países industrializados como a aquellos en vías en desarrollo, la necesidad de sobrevivir en un MUNDO FRAGIL.’ (Cartagena, T.I,p,12)

La visión de las naciones Latinoamericanas es y ha sido mucho más compleja de lo que pareciera derivar de la afirmación anterior. Confrontados con el desarrollo de nuestras naciones en una polarización creciente Norte Sur, la adhesión al Oeste fue esencialmente una exigencia internacional que muchas veces sacrificó urgencias internas.

Lo cierto es que la construcción de las naciones latinoamericanas tuvo siempre presente la vulnerabilidad de sus mercados, de sus democracias y de sus culturas. Entendiéndose por culturas el campo de batalla entre las culturas propias y la influencia de la cultura de masas con valores impuestos.

Por todo ello es interesante la posibilidad de diálogo y entendimiento que se abre ahora a través del tema de la fragilidad del medio ambiente del planeta, con los países industrializados, en buena cuenta, con el norte. Es todavía más interesante que esta fragilidad esté asociada a temas que en definitiva nos están planteando la construcción de una nueva cultura.

Es el fracaso de la cultura de guerra para lograr un desarrollo justo y digno para la humanidad lo que nos hace repensar en una cultura alternativa y no ya solamente en la mejoría de ciertos aspectos de la cultura de guerra. Esto querría decir que no más tendrían vigencia estatutos como el de cierta caridad Inglesa que mandaban claramente : aliviar los estragos del sistema pero no cambiar el sistema que los ocacionaba.

Si de lo que se trata es de buscar una cultura alternativa es preciso revisar el acontecer histórico en su aporte en el campo de lo material, lo mental, lo espiritual y en general en todos los contenidos concretos de las historia patrias y nacionales.

Un signo predominante de nuestros tiempos es que en una buena parte del mundo se van superando los conflictos territoriales; que son pocos los pueblos que resurgen de las reivindicaciónes milenarias de grupos étnicos siempre latentes; y más aun que en América Latina al menos, y acá nos atrevemos a sopesar las probabilidades a futuro, este tipo de conflicto parece haberse superado largamente.

Esto querría decir que progresivamente con las querellas territoriales se irán quedando atrás sus componentes eternos: las guerras, los héroes militares y los panteones de los héroes como historia viva. Todos ellos tienen un lugar en la historia solo que ya no serán el factor dominante de la historia. Antes bien, nos encontramos en una etapa de tránsito entre las viejas y siempre reconocidas glorias de las batallas ganadas y las nuevas y desconocidas guerras que amenazan ya no solo la supervivencia de un pueblo sino de la humanidad entera.

En otras palabras tendremos que preguntarnos : ¿Qué sentido tiene seguir dedicando el 100% de los cursos de historia ‘al trauma de nuestro nacimiento como naciones’, a los héroes militares y civiles de las guerras territoriales e independentistas si es que el futuro de la humanidad está amenazado, y no precisamente en el largo plazo?

6. Historia patria e historia nacional: la relación entre el país que queremos y la historia que contamos.-

Si por un error de cálculo, de postura filosófica y o de exceso de pragmatismo dejáramos de enseñar el 60% del curso de historia de Perú basado en sus guerras, ¿quedaría nuestra historia patria vacía de contenidos?

En 1952, hace casi medio siglo, a propósito de una charla para maestros sobre la enseñanza de la historia J. Basadre nos pedía actualizar el sentido de Patria, el de Nación y el de futuro.

El libro de historia del Perú usado para el quinto de primaria, ( para niños de 9 y 10 años) observó Basadre, dedicaba: 19 paginas a la época pre hispánica en las cuales contó 68 nombres indígenas, casi cuatro por página, cinco ayllus, todos los monumentos de Vilcashuamán, catorce virreyes con sus obras, treinta precursores de la independencia, casi todos los presidentes de la república y finalizaba con cada uno de los ríos y quebradas de la línea de fronteras con el Ecuador fijadas en 1942.

Al respecto dijo lo siguiente:

‘Frente a este triste documento del país real y frente a otros testimonios que tan crueles resultan con nuestros muchachos de once y doce años, … podemos afirmar que no se cumplen lo fines que en principio se señala a la HISTORIA PATRIA en la educación primaria : es decir, que ella no es lección viva de amor patrio y de solidaridad humana.’ (J:B: p, 141)

Respecto a la Nación, recordando los cuatro textos sobre la guerra con Chile editados entre 1893 y 1903, en los que se narró ‘los rasgos heroicos de grandes figuras o de gente humilde de esa guerra, indios, niños, mujeres; expresan orgullo, dolor y esperanza; reflejando un momento doliente del alma nacional, a pesar de todo, unida entonces alrededor de los mismos ideales. Muchos ojos de niños y de adolescentes se humedecieron ante aquellas páginas con episodios tales como por ejemplo el que se titula ‘La Bandera en el Pino’, por Mantilla, recordando el admirable espíritu de Tacna durante el cautiverio. Sin embargo, dijo entonces Basadre, ‘Ahora (en 1952) que corre muchos más peligros nuestra convivencia nacional, ahora que estamos mucho más divididos, no hay un Rivas, un Gonzáles un Mantilla.’ (J.B. p,154,155)

En este comentario no encontramos una patria amenazada territorialmente sino una patria amenazada por peligros de otra naturaleza asociados a nuestra convivencia nacional y la ausencia de alguien que diera la campanada de alerta.

Me impresionó particularmente el párrafo sobre lo que Basadre llama ‘el deber de la estabilidad que tiene el Perú’, por su increíble parecido con uno de los fundamentos de la actual estructura curricular básica de educación primaria. En él nos dice:

‘El problema fundamental del Perú es la adaptación del país a las características del mundo moderno, hecho que requiere libertad a la vez que continuidad, técnica creciente, método, sentido de crecimiento, capacidad de coordinación. Todo eso puede ser condición o requisito aún para la continuación de la misma existencia nacional en el mundo que viene. Si el Perú no se presenta entonces como una unidad lo más armónica posible, inclusive para los fines de la solidaridad continental, puede sufrir nos sólo desgarramientos sociales sino también nuevas mutilaciones y afrentas vergonzosas. Dentro de estos conceptos, el impulso de progreso material no debe ser tampoco detenido sino, por el contrario, continuado y ahondado.’

Hablando del porvenir pareciera que no mucho ha cambiado. Hace medio siglo se pensaba que ya era hora que ‘ el país ingresara a un derrotero progresista bajo una administración con fuertes bases populares, al servicio del pueblo y por la patria y que reuniera el triple requisito de la técnica, de la moralidad y de la capacidad para planificar con lucidez y coherencia y ejecutar con decisión.’ (J.B.p,523)

Hoy, nuestra realidad nos confronta además de los nuevos problemas, con exactamente los mismos temas de hace medio siglo: ¿qué es lo que los historiadores escribimos de nuestra historia y futuro de la patria? ¿Qué es lo que los maestros piensan de la historia patria y qué es lo que les estamos enseñando a nuestros niños?

7. Que se enseña a los niños: resultado de la consulta promovida por el Convenio Andrés Bello.

El Convenio Andrés Bello tomó en sus manos la realización del estudio de los textos escolares recomendado por la conferencia de Cartagena y los resultados de la primera etapa de la consulta técnica son bastante reveladores. Solo compartiremos alguno de ellos.

Respecto al currículo actual de primaria es poco claro el papel que juega la historia en la gestación del Perú actual y en la reforma educativa.

Mientras que los marcos Teórico Conceptual y Curricular asumen el pasado como la fuente de donde derivan todas las deficiencias societarias actuales, el 50% de la fundamentación del Área Personal Social revaloriza la importancia de la historia, del conocimiento y de la conciencia histórica. Pero, luego el porcentaje de elementos de Competencias o Capacidades y Actitudes del total de los tres ciclos que se dedica a la historia es entre el 6.8% y el 15.38%. El porcentaje dedicado a los elementos de las competencias o Capacidades y Actitudes del total de las cinco áreas para el primer ciclo es el 1.9% y para el segundo ciclo es el 3.38%. El porcentaje de contenidos sugeridos es difícil de medir porque es una fracción de fracción. (p,50 del Informe)

Es probable que a lo largo de la permanente evaluación a la que está sometida la ECB (Estructura Curricular Básica de Primaria) se vayan perfilando las ricas propuestas metodológicas de enseñanza de la historia en contenidos más específicos. De lo contrario los buenos textos de enseñanza primaria que hoy por hoy tienen un carácter piloto no podrán ser usados en todo el país.

Con respecto a este delicado tema de los textos, uno de los de mayor circulación en la primaria los porcentajes dedicados a cada periodo histórico al final de la primaria serían los siguientes:

Precursores de la Independencia e Independencia 37.6%
Guerra con Chile 19.2%
(Juntos suman 56.% !)
Pre Incas e Incas 17.9%
Virreinato 7.4%
Descubrimiento y Conquista 5.8%
Década de 1990 (fuera de la historia) 3.8%
Resistencia Indígena 2.6%
República s. XIX 2.4%
Poblamiento 2.3%

Nada se dice en ellos sobre el Kondratiev que nos arrastró en 1870’s (aún antes de la Guerra con Chile) y que nos levantó con la llegada del nuevo siglo, nada sobre la formación del pueblo multicultural del siglo XIX, nada sobre la propiedad de la tierra y el trabajo campesino, nada sobre la primera y decisiva experiencia del Perú como exportador de materias primas, nada sobre el único caso mundial de escandalosa sobrevaluación de nuestros ferrocarriles en perjuicio del Estado, nada sobre el papel de la corrupción en la etapa inicial del Estado peruano, nada sobre las mujeres periodistas, las mentalidades, la literatura, la educación etc.

La rica etapa formativa republicana queda reducida a dos hechos bélicos fundacionales: las guerras de independencia y la guerra con Chile.

Lo increíble fue encontrar en el análisis de textos, una enorme similitud con lo que nos describió Basadre. Por ejemplo en el libro de tercer grado (para niños y niñas de 8 a 9 años de edad) aparecen más de cien nombres propios entre lugares y personajes.

Lo cierto es que todavía no hay un consenso respecto a que es lo que hay que enseñar a los niños. Más grave aún, creemos que no hay un consenso de para que sirve la historia.

Pues bien: la historia sirve para pensar.

Mas que preocuparse tanto en como enseñar y en toda la pedagogía moderna o lo que unos llaman ‘exceso de pedagogismo’ el maestro tendría que recuperar contenidos, recuperar el arte de la palabra que es en definitiva de la magia del pensamiento.

Desde nuestro punto de vista los niños deberían recibir a la Historia Ciencia exactamente como es en cuanto a un conocimiento real, científico, afectivo y estético. Pero si además les enseñamos a trabajar con los documentos y las fuentes, no solo le darán vida al curso, sino que aprenderán a buscar la ó las verdades históricas. Capacidad que se hará extensiva a otras áreas de conocimiento y de sus vidas.

Recordemos que la verdad nos hace libres.

Por otra parte, nos parece claro que los alumnos deberían recibir de la historia aparte de los problemas y las posibilidades, un as de certeza con respecto a su historia, a ‘nuestra’ historia compartida. Debemos levantar nuevas preguntas respecto a nuestra historia social, medio ambiente, procesos del conocimiento compartido, los préstamos tecnológicos y los desarrollos apropiados, las mentalidades, historias regionales y locales, la historia de los préstamos Latinoamericanos y la historia de la corrupción. En otras palabras sobre una enorme gama de temas que también son historia nacional.

El trabajo que tenemos los investigadores respecto a la interpretación y la enseñanza de la historia Patria y la historia nacional nos indica un largo camino por recorrer si es que queremos re pensar nuestra historia a la luz de la construcción de una cultura de paz. Esta noche solamente hemos esbozado el problema.

Finalmente, queremos dejar planteadas algunas preguntas incómodas: ¿El conocimiento histórico es suficiente para impulsar el desarrollo de un pueblo? ¿Qué preguntas nuevas debemos hacerle al pasado en función del futuro que queremos? ¿Qué factores son los que impedirían el desarrollo de un pueblo en función a su historia: El devenir histórico mismo, el conocimiento distorsionado o fragmentado de ese devenir o el relato arbitrario de ese pasado?

next2.jpg (1350 bytes)
Ir a la primera parte