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Editorial

1) Objetivos de la Area de Formación

2) Datos Bibliográficos Fr. Pauliño

3) Los Desafíos de la Vida Agustiniana en América Latina

4) Curso de Espiritualidad-Bogotá

5) Impresiones del Curso de Espiritualidad

6) Gráfico

7) Carta de Miguel Angel Keller

8) Carta de Mons. José Ulloa

9) Mensaje Final, Encuentro de Teología India

10) La Violencia Imprudente

11) Noticias del Consejo General

 

Los Desafíos de la Vida Religiosa Agustiniana en América Latina


(Fr. Juan J. Lydon, OSA)

Todos los religiosos y religiosas estamos llamados a participar en la misión de Jesús, de hacer presente el Reino de Dios, en una forma prófetica [1] y ejemplar.  Nuestros estilos de vida tienen que ir contra el corriente de los valores que dominan el mundo político-económico, en tal manera que llama la atención de los valores del Reino.  Así evangelizamos con nuestro estilo de vida.  A la vez, nuestra espiritualidad agustiniana, que representa una forma de encarnar los valores evangélicos hoy, debe ofrecer algunos matices particulares dentro de este marco general en la cual todos los religiosos y religiosas participan.

Si la vida religiosa no es una respuesta al problemático de hoy, si no ofrece una respuesta evangélica a los desafíos actuales del mundo, será destinado de ser irrelevante y sin vida ninguna [2] .   Por eso, para considerar los desafíos de la vida religiosa agustiniana de hoy, tenemos que comenzar con algunos de los rasgos del mundo actual.  Entre las diferencias que marcan nuestro continente, tanto entre los diferentes países como dentro del mismo país, hay una variedad grande de realidades.  Pero a la vez, ciertamente hay algunos matices comunes que existen y que permiten hablar de una respuesta religiosa-agustiniana a los desafíos de nuestro continente.

Aquí se ofrece cuatro características de nuestra realidad latinoamericana, compartido en una manera u otro con todos los países de América Latina:

1) La realidad de la violencia

2) La realidad de la no-participación política

3) La realidad de la pobreza y miseria

4) La realidad de una Acultura@ política de mentira o el engaño

1) Una de las realidades más marcadas es la de la violencia.  En un gran número de nuestros países habían periodos de fuerte violencia de parte de terroristas, guerrilleros, gobiernos militares o dictatoriales, etc. Además de esto, hay la violencia como resultado de la delincuencia común que parece estar en crecido por todo el continente.

Ciertamente una de las formas de violencia que seguimos sufriendo es la violencia causado por el estado poderoso, conocido como Doctrina de Seguridad Nacional. Ciertamente el tema de los derechos humanos ha avanzado en la conciencia de los latinoamericanos, pero todavía nuestro continente está marcado por las huellas de un estado poderoso que puede aplastar en cualquier momento los derechos de los individuos.  La doctrina de la Seguridad Nacional, definido en Puebla como: una Avisión que podríamos llamar estatista del hombre... Pone al individuo al servicio ilimitado de la supuesta guerra total contra los conflictos culturales, sociales, políticos y económicos...@ [3] (Puebla, 314). Ésta es una visión del estado y del hombre en contradicción con la visión cristiana-agustiniana.


La filosofía detrás de la ideología de la doctrina social todavía marca a nuestros pueblos a pesar de los logros significativos en los años después de Puebla. La idea que el estado es el todopoderoso, que los derechos del uno puede sacrificarse en nombre de todos, es parte de una cosmovisión [4] de muchos de nuestros pueblos.  En una sociedad donde aumenta el crimen y de la delincuencia [5] o reine todavía la guerra interna (Ej. Colombia), el argumento de un estado poderoso que impone lo que llama la Aseguridad nacional@ tiene una cierta atracción.  Pero es la atracción del Aengaño de las Sirenas@, ofreciendo una visión falsa de seguridad al precio de los derechos fundamentales de la persona, al final causando daños profundos a los derechos que la Iglesia considera invioables bajo cualquier pretexto. [6]

La violencia causada por los terroristas o guerrilleros muchas veces ha provocado estas reacciones fuertes del estado.  Muchos de nuestros países ha sido victimas de esto violencia sobre todo los más pobres.  Como señaló la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el Perú [7] , que estudió el tema de las causas de la violencia en este país (cuyas conclusiones son semejantes a otras comisiones de investigación en nuestros países), el número más significativo de las victimas de la violencia son la gente más pobre, aislado y abandonado del país.  Son ellos que no tienen recursos para defenderse y que son abusados con gran facilidad e impunidad.

En las ciudades donde ahora la mayoría de nuestros pueblos viven, el tema de la violencia en forma de delincuencia es una preocupación creciente.  Influenciado por la falta de trabajo, el uso de las drogas, la falta de una protección policial adecuada, o la lenta o no-existente preocupación del poder judicial etc. los delincuentes encuentran un campo fértil para sus acciones.  Aumentada por el sensacionalismo de los medios de comunicación social, la percepción de la mayoría es que la delincuencia está en un espiral creciente sin límites o perspectivas de control.

La violencia, en cualquiera de sus formas, representa la rotura de toda fraternidad ya que aplasta los derechos fundamentales de las victimas. Como religiosos agustinos tenemos que preguntarnos )cómo podemos promover la comunión como respuesta a la rotura de la fraternidad?  Para ser integro la búsqueda de comunión y estructuras que la promuevan tiene que estar presente en tres niveles:

a) dentro de la Orden

b) con el pueblo

c) con las victimas de la violencia

Dentro de la Orden

En nuestros países de América Latina, hasta que punto estamos dando ejemplo de solidaridad.  Ciertamente hay unas luces fuertes como es el Proyecto Hipona: Corazón Nuevo que representa un proceso colectivo de mejorar nuestra vida y testimonio como agustinos.  El hecho que 21 circunscripciones distintas, con culturas, idiomas, nacionalidades tan variadas, podrían avanzar paso a paso para desarrollar un proyecto común es algo significativo.  Todo esto es también fruto de los 35 años de existencia de la OALA, una organización que ha permitido vincularnos más como hermanos y fortalecer un modelo de unidad dentro de la diversidad.


Otra luz es el establecimiento del teologado internacional en Cochabamba que por primera vez ofrece la oportunidad para una experiencia internacional de formación en las Américas.  Nuestra experiencia del Vicariato de Chulucanas, que ha participado con el proyecto desde su inicio, ha sido muy positiva y los resultados tanto de calidad de formación agustiniana como formación teológica han sido excelentes.  Lamentablemente son pocas las circunscripciones que todavía participan en la experiencia.  Muchas veces estamos todavía más dispuestos a enviar a los jóvenes a Europa en vez de otro lugar en América Latina.  Sufrimos de los prejuicios populares que consideran las cosas importados (de Europa, Japón o EE.UU.) como mejores que lo nacional o regional y esto se refleja en una resistencia en muchas circunscripciones de participar en el proyecto de un teologado internacional en las Américas.  Pero el hecho que ha comenzado el proyecto y que avance bien, aunque con pocas circunscripciones, es una luz que indica la unidad.

Sin embargo, existen ciertas sombras cuando vemos la realidad de la Orden donde más de una circunscripción está presente en el mismo país (Brasil, México, Perú).  En estos países ejemplos de proyectos comunes, convivencias fraternas entre todos, compartir de recursos humanos para promover el bien común son escasos, aunque presentes de vez en cuando. Promover la comunión en este nivel cuesta mucho esfuerzo por factores históricas, heridas del pasado, sospechas mutuas, etc.

Con el Pueblo

Como una dimensión esencial de nuestra espiritualidad es la comunidad, construyendo comunidad y comunión con el pueblo de Dios es generalmente parte de nuestro apostolado.  En los colegios, las parroquias, las misiones, las obras sociales, etc. hay mucho esfuerzo para construir una experiencia de comunión.  La religiosidad popular es una de los lugares privilegiados donde el pueblo puede experimentar la fraternidad y la comunión.  Muchos estudios antropológicos nos indican que la experiencia de la religiosidad popular, en manifestaciones masivas de procesiones, peregrinaciones, etc. ofrece una experiencia de communitas [8] que da al participante la experiencia real de que las divisiones sociales son superables y que todos somos hermanos.

Otra experiencia de esta fraternidad en nuestro continente son las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) que ofrecen a los participantes una experiencia intima de comunidad (distinto de la experiencia masiva de la religiosidad popular) con la esperanza de que esta experiencia les lleva a un compromiso más enraizado en el evangelio y la realidad social del pueblo.

Las CEB y la religiosidad popular son dos oportunidades grandes donde la espiritualidad de nuestra Orden puede enraizarse en la experiencia de fe del pueblo y promover la comunión como testimonio contra la rotura de la fraternidad.

Con las Victimas

Un gran desafío que nos enfrenta como Orden es como construir lazos de comunión (solidaridad) con las victimas de la violencia.  Es una tarea tan grande, y tan difícil en parte porque el número de las victimas es espantoso (por ejemplo en el Perú había casi 70,000 muertos y desaparecidos durante los años de terrorismo.  Todas las viudas y los hijos de estos son victimas de la violencia) y además tiende de estar en lugares aislados donde pocos de nosotros trabajamos.  La ante mencionada Comisión de la Verdad y Reconciliación ofreció una conclusión interesante que probablemente es valido en todos nuestros países.  En su examen de la violencia en el Perú, se notó que en las regiones donde la Iglesia se organizaba la gente, donde había un pastoral de comunión y participación y no solo de sacramentalización, los efectos de la violencia eran mucho menor que en los lugares donde la pastoral se centraba solo en las actividades alrededor del templo parroquial.  En las diócesis y parroquias donde había comités de Derechos Humanos, la incursión de los terroristas y la reprensión del ejército fue substancialmente inferior que en los lugares donde la Iglesia no se interesaba por dichos temas. [9]


Solidaridad con las victimas de la violencia, y esfuerzos para lograr la disminución de la violencia es posible en la medida que nuestro pastoral sea amplio y orientado hacia la visión de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi para una evangelización integral y no solo hacia la administración sacramental. [10]

2) Una segunda dimensión de la realidad latinoamericana es la no-participación en la dirección política de los países.  Quizás la mayoría de nuestro pueblo se siente excluido de los procesos de participación política que están vistos como en las manos de unas pocas cúpulas de partidos corruptos y preocupados más por su propio provecho que por el bien común del país.  Esto resulta en una falta de aprecio por el mismo sistema democrático.

Ciertamente sufrimos en América Latina con una baja percepción del valor de la democracia.  Aunque, hemos superado el tiempo de los gobiernos dictatoriales, no hay un apoyo fuerte a la democracia.  Los obispos en Santo Domingo constatan:

ALa convivencia democrática, que se afianzó después de Puebla, en algunos países se ha venido deteriorando, entre otros factores, por los siguientes: corrupción administrativa, distanciamientos de los liderazgos partidistas con relación a los intereses de las bases y las reales necesidades de la comunidad; vacíos programáticos y desatención de lo social y ético -cultural de parte de las organizaciones partidistas; gobiernos elegidos por el pueblo, pero no orientados eficazmente al bien común; mucho clientilismo político y populismo, pero poca participación.@ (SD,192)

Ciertamente las últimas encuestas a nivel continental subrayan que nuestro pueblo todavía no ve un gran valor en la democracia en sí misma.  En América Latina [11] solo 53% dice que apoyan la democracía, una bajada significativa del 60-62% que mantenía esto desde 1996 hasta 2000.  Además solo 28% están satisfechos con la democracía.  Frente a los problemas económicos el pueblo culpa a sus gobernantes, pero extiende esto al sistema democrático.  Esto es muy diferente de los países con larga tradición democrática, donde el mal manejo económico resulta en desconfianza con los lideres políticos, pero casi nunca con el sistema democrático.  Al contrario, el sistema democrático está visto como la mejor forma de acabar con los políticos malos. [12]   Pero en América Latina 50% dice que no importa si los militares lleguen al poder,  mientras resuelvan la crisis económica.  Hay una alta correlación entre el desempeño económico y el apoyo al sistema democrático, con el resultado aparente de que los bienes económicos están compitiendo con el sistema democrático en vez de comprender que son complementarios. Como concluye el estudio del instituto Latinobarámetro:  Ael optimismo que acompañó el renacimiento de la democracia en la región hace dos décadas se ha gastado hasta hacerse muy delgado.@ [13]   Es notable que en por lo menos dos países de nuestra región (Venezuela y Ecuador) los actuales presidentes lograron su fama y apoyo popular precisamente como militares que trataron de organizar golpes de estado en contra a regimenes elegidos democráticamente.  Esto muestra el poco aprecio de muchos sectores por las estructuras democráticos.


Sin embargo, nuestra Acultura agustiniana@ tiene raíces muy democráticas que significa que presentamos una paradigma al mundo de la democratización del poder. [14]   Desde nuestras primeras Constituciones hemos visto la fuente de la autoridad no en la persona elegida para ser el hermano mayor, sino en el Capítulo.  Los capítulos, locales, vicariales, provinciales o generales, representan una creencia en la manifestación de la voluntad de Dios en el grupo reflexionando juntos y logrando acuerdos. Luego el encargo de ejecutar esta voluntad está encomendado a los lideres, también elegidos.  Este sistema es parte esencial de nuestro carisma y representa un espíritu democrático que viene manifestándose claramente en el mundo político solo a fines del siglo XVIII.

Como tal, nuestra espiritualidad agustiniana nos ofrece mucho para hacernos portavoces del valor de la democracia en la sociedad de hoy.  Debemos ser defensores de la democracía y constantemente promoverla como el mejor forma de gobierno para proteger los derechos humanos y promover el desarrollo social de nuestros países.  Sin lugar a dudas, las acciones de muchos políticos han llevado a nuestra gente a una frustración general con la democracía, pero aquí debemos seguir en contra del corriente y acentuar el valor esencial y profunda de la democracía como forma de gobierno a pesar de sus imperfecciones.  A veces se puede aparece como el peor forma de gobierno hasta que uno examina historicamente todas las alternativas.

Además de ser portavoces del valor de la democracia, nuestra espiritualidad debe llevar de promover estructuras de participación y decisión en nuestros apostolados.  El tiempo de los Adivinos derechos del rey@ ha pasado a la historia, y también debe ser lejos de nuestra manera de dirigir nuestros apostolados.  Promoviendo el trabajo en equipos, asambleas de los fieles, consejos parroquiales, etc. ofrece testimonio claro y convincente que valoramos la participación de todos en el proceso de tomar decisiones en nuestros apostolados.  El modelo pastoral donde uno solo toma las decisiones puede parecer más eficiente, pero lo cierto es que es menos evangelizadora en cuanto a testimoniar nuestra espiritualidad de la democratización del poder. 

3) La realidad de la pobreza y la miseria

Ciertamente aquí nos estamos enfrentados con una realidad muy compleja.  Sin lugar a dudas, el número de los pobres está aumentando constantemente en el continente.  No es sorpresivo para nadie que hay una brecha cada vez más grande entre los pocos que tienen los recursos del mundo y las masas que tienen poco.  Los 20% más ricos del mundo gastan en consumo 86% de los recursos, mientras que la quinta parte más pobre gasta solo 1,3%, es decir los más ricos gastan más de 66 veces por persona que los más pobres. [15]   Esta es una brecha que muestra claramente que no existe la convicción que los recursos del mundo estén destinados a todos y el problema solo crece.  Mientras que en 1950 la diferencia entre el país más rico y el país más pobre de ingresos por persona era 35 veces, medio siglo después, después de dos décadas declaradas por las Naciones Unidas como Adécada de desarrollo@, la diferencia entre el país más rico y el más pobre hoy es más de 70 veces. [16] AEs comúnmente sabido que el abismo entre la minoría de los excesivamente ricos y la multitud de los miserables es un síntoma muy grave en la vida de toda sociedad.@ [17]


El sistema económico mantiene la situación de injusticia a un nivel que se puede considerar como la manifestación del pecado social. [18]   Es un sistema basado en la visión puramente económica del hombre, donde el otro se convierte en instrumento de riqueza de uno y no es considerado como una persona hecha a imagen y semejanza de Dios. [19]   El resultado es la creciente brecha entre los países Adel sur@ y los Adel norte@, el pago de una inmoral deuda externa (que ahora es también- eterna), y un aumento del nivel de pobreza absoluta que sufren nuestros pueblos. [20]

Los últimos estudios muestran claramente que después de 10 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN- el acuerdo entre México, EE.UU. y Canadá para el comercio libre), no ha servido de levantar las condiciones de vida de la gran mayoría de nuestra gente. [21]   Ahora están debatiendo ampliar esta zona de libre comercio para eventualmente tener una zona común en las Américas (ALCA, Area de Libre Comercio de las Américas), pero las promesas de un aumento en el bienestar de las familias serían igualmente engañosas como las promesas que acompañaron la ALCA.

A la luz de esta realidad nuestra espiritualidad nos invita a tomar dos posturas muy claras, uno es de desarrollar y promover la conciencia crítica frente a los engaños de los gobiernos, y en segundo lugar promover la comunión de bienes.

La Conciencia Crítica

El estado tiene un gran mecanismo de propaganda en los medios de comunicación social que utilizan para formar las conciencias de su propio pueblo.  El ejemplo de San Agustín en la Ciudad de Dios cuando, utilizando una historia del encuentro entre Alejandro Magno y un pirata, critica la manipulación de la verdad por el emperador para poder justificar acciones que son injustas, nos exige una actitud crítica. ALos agustinos debemos resistir a ser engañados por los emperadores cuando critican a los piratas.  En el mundo moderno, la tecnología electrónica y los medios de comunicación social permiten a los emperadores crear imágenes revertidas.@ [22]

Esto se ve claramente en el ámbito internacional, donde los países industrializados, que controlan los medios de comunicación social, presentan el sistema neo-liberal como la expresión máxima de la libertad humana, en vez de mostrarlo tal como es, un sistema de neocolonialismo. [23] La promoción de una visión limitada de libre comercio que no toma en cuenta los subsidios que los gobiernos ricos ofrecen a sus agricultores para derribar los pequeños agricultores campesinos de nuestros países es muestra de este tipo de engaño que reclama una respuesta agustiniana de conciencia crítica.

La Comunión de Bienes

Frente al sistema económico actual donde los que tiene acumulan más y los que no tienen se quedan aún más empobrecidos, nosotros ofrecemos la visión de la comunión de bienes.  Agustín considera la comunión de bienes como la primera realización del amor al prójimo y esta se convierte en una crítica a la situación global donde la suma de las fortunas de las 225 personas más ricas del mundo es igual a la suma de los ingresos anuales de los 2,500 millones más pobres del mundo. [24]   Para llegar a la comunión de bienes se requiere una transición del interés privado al común, y esto es lo que Agustín propone para que su monasterio sea un ejemplo. [25]   De hecho Ala comunidad agustiniana puede presentarse como paradigma de la comunión de bienes@ para el mundo de hoy. [26]   

También se puede decir que, desde la perspectiva agustiniana, que hay una hipoteca social [27] en cuanto a los bienes que uno posee y que no es cuestión de caridad distribuirlos a los pobres, sino una exigencia de la justicia [28] ya que lo superfluo verdaderamente les pertenece.


La solidaridad con los pobres y excluidos de las riquezas económicas es algo que tenemos que examinar en nuestras circunscripciones para ver una respuesta testimonial de la solidaridad. Nos hace recordar nuestro Capítulo General Intermedio de 1998:

ANo es suficiente que la injusticia y la pobreza sean temas recurrentes de reflexión en nuestras reuniones. Podemos perdernos en medio de una selva de discursos y continuar con los ojos cerrados a la hora de contribuir con nuestros gestos a la causa - humana y divina - de la libertad y la fraternidad.@ [29]

4) Una Acultura@ [30] política de la mentira o el engaño

La crisis democrática mencionada arriba tiene muchos de sus raíces en lo que se percibe de una Acultura@ de la falta de transparencia, la corrupción [31] y la mentira.  Se puede reflexionar sobre cada dimensión de esta cultura de muerte, pero aquí voy a limitarme solo a la realidad de la violencia sufridos en muchos de nuestros países y la resistencia de conocer y enfrentar la verdad.

La lista de nuestros países donde por causa de la guerra interna había abusos masivos de los derechos humanos y altos números de muertes y desaparecidos es tan larga como trágica.  La proclamación de Jesús que Ala verdad les hará libres@ (Jn 8,32) simplemente no es creído por muchas personas que teman que salga a la luz la verdad.  En la mayoría de nuestros países habían intentos de examinar lo que pasó durante los años más dolorosos de violencia, pero casi siempre el trabajo de estas comisiones ha sido obstaculizado y sus conclusiones rechazados.  En otros lugares ni han podido formar estas comisiones porque los intereses de ocultar la verdad son tan poderosos.  Algunas personas de buena fe, también argumentan que mejor es olvidar el pasado para poder construir un futuro sin rencor ni recriminaciones.  Ellos, casi siempre, son personas que no sufrieron personalmente los efectos de dicha violencia y no comprenden la necesidad de las victimas de saber lo que pasó con sus queridos familiares secuestrados, muertos o desaparecidos.

Viviendo en el Perú, conozco mejor la situación de lo que pasó en este país y por eso uso esto como ejemplo de lo que pasó en muchos otros países.  Cuando ya estaba a punto de salir su informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación antes mencionada, que además de señalar la primera responsabilidad a los terroristas de Sendero Luminoso, culpó muchos sectores políticos, eclesiásticos, militares por abusos o indiferencias que permitieron el espiral de violencia contra la gente inocente, pobre y sin defensa, los ataques contra la comisión y su informe eran feroces.  Había poca interés en la verdad, poca interés en las victimas de la violencia, todos se preocuparon de como su grupo político o las fuerzas policiales-militares o algunos obispos iban a salir mal y por eso no quería ver ni escuchar la verdad.  La verdad no era vista como una oportunidad de arrepentimiento y del comienzo de una nueva etapa de solidaridad en el país, sino era visto como el enemigo para ocultar, despreciar, atacar precisamente porque tocó la llaga. 


Pero como no hay curación de una enfermedad pasándole de alta, tampoco el país puede comenzar un camino nuevo sin mirar con ojos objetivos y humildes a su pasado.  Ciertamente Las Confesiones de San Agustín es uno de los mejores ejemplos de esta actitud de mirar al pasado con ojos humildes, para reconocer el pecado y darse cuenta de como la gracia de Dios puede llevarnos encima del pecado y sus consecuencias.  Lo que he dicho de la conciencia crítica en nuestra espiritualidad también es valido aquí ya que nos ayudará de descubrir los motivos oscuros de los sectores de la población que no quieren ver ni conocer la verdad de los años más dolorosos del recién pasado y que poseen el poder y los medios para obstaculizar la verdad o asegurar que una vez conocido es archivado con ninguna consecuencia de justicia.

Por lo cual, el papel de nuestra Orden en estos países es ciertamente promover el modelo del propio Agustín en Las Confesiones y su reflexión en la Ciudad de Dios para promover y exaltar la necesidad de saber la verdad y promover el trabajo y transparencia de las comisiones encargados de descubrirla.

Conclusión

Nuestra espiritualidad agustiniana tiene mucho que ofrecer al mundo de América Latina de hoy.  A veces se ha hablado en nuestros Capítulos Generales sobre una crisis de identidad de nuestra vida agustiniana.  Pero, si vemos la realidad de América Latina sería imposible comprender la posible existencia de esta crisis.  El mundo latinoamericano reclama en tantas maneras por respuestas a su problemático desde valores y perspectivas agustinianas.  Ciertamente, nuestra perspectiva no ofrece respuestas concretas a los problemas específicos que tampoco es el papel que ofrecemos al mundo como religiosos.  Pero más importante es que podemos ofrecer una metodología y unos valores de como proceder en la búsqueda de estas respuestas.  Esto es el gran servicio que podemos ofrecer a nuestros pueblos y la voz que los agustinos de América Latina debemos ofrecer a nuestros hermanos en otros partes del mundo en nuestros Capítulos y Encuentros Internacionales.



[1] Capítulo General Intermedio (CGI), 1998,   

gustinos en la Iglesia para el Mundo de Hoy, n. 7.

[2] Ibid. n. 24 dice: “Si nuestras propuestas no sintonizan con los desafíos del presente, el diálogo resulta imposible y nuestra presencia irrelevante.”

[3] ALas ideologías de la Seguridad Nacional han contribuido a fortalecer, en muchas ocasiones, el carácter totalitario o autoritario de los regímenes de fuerza, de donde se ha derivado el abuso del poder y la violación de los derechos humanos. En algunos casos pretenden amparar sus actitudes con una subjetiva profesión de fe cristiana.@ (Puebla, no. 49)

[4] Lo que se llama en la antropología cultural Ala configuración cultural@ que se refiere a la psicología de una cultura o su manera de interpretar la realidad.

[5] Aunque los afectados por la delincuencia ha bajado en los últimos dos años, sigue siendo uno de los problemas principales identificados por los Latinoamericanos.  Fuente: Latinobarómetro, 2003, p. 47. http://www.latinobarometro.org/ano2003/Informe-Resumen_Latinobarometro_2003.pdf

[6] ALa Iglesia, al proclamar el Evangelio, raíz profunda de los derechos humanos, no se arroga una tarea ajena a su misión, sino, por el contrario, obedece al mandato de Jesucristo al hacer de la ayuda al necesitado una exigencia esencial de su misión evangelizadora. Los Estados no conceden estos derechos; a ellos les corresponde protegerlos y desarrollarlos, pues pertenecen al hombre por su naturaleza.@ (SD, 165)

[7] Ve el informe en la página web: http://www.cverdad.org.pe/

[8] Termino usado en la Antropología Cultural, originalmente en las obras de Victor Turner, para describir la experiencia de comunidad que sienten participantes que no se conocen, pero que participan en un acto masivo de religiosidad.

[9] El trabajo a favor de los Derechos Humanos es peligroso en un ambiente de  Seguridad Nacional.  En América se documentan más asesinatos a defensores de derechos humanos que en cualquier otra región en el mundo.  Ve Amnistía Internacional, Actores esenciales de nuestro tiempo: defensores de derechos humanos en América. 2003

[10] .EN #29 comenta: A...la evangelización lleva consigo un mensaje explícito, adaptado a las diversas situaciones y constantemente actualizado, sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar sin la cual apenas es posible el progreso personal, sobre la vida comunitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la justicia, el desarrollo; un mensaje, especialmente vigoroso en nuestros días sobre la liberación.@

[11] Todas estas estadísticas son tomadas de la encuesta realizada por la organización chilena, Latinobarómetro.  Se pueden encontrar estos y más datos en su página web citado previamente, p. 40

[12] Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, comenta: AEn democracias industrializadas, estables, no importa qué tan mal lo haga el gobierno, la democracia como sistema no es castigada,@ citada en su informe de 2001.

[13] Ve las conclusiones del estudio de Latinobarómetro de 2001.

[14] CGI=98, n. 27.

[15] PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 1998 (Madrid: Mundi-Prensa Libros, 1998), 2-3.  La diferencia en automóviles es 145 veces más consume la quinta parte más rica en comparación con los más pobres; 77 veces más de papel; 49 veces más de líneas telefónicas; 17 veces más de energía; 11 veces más de carne; 7 veces más de pescado.

[16] En 1870 la diferencia de ingresos por persona entre el país más rico y el más pobre era 3 veces; en 1913, 11 veces; en 1950, 35 veces; en 1973, 44 veces; en 1992, 72 veces. Juan Pablo II, Laborem Exercens, dice ALa distancia entre la mayor parte de los Países ricos y los Países más pobres no disminuye ni se nivela, sino que aumenta cada vez más, obviamente en perjuicio de estos últimos.@no.17. También Sollicitudo Rei Sociales, 14, 17, 28 y Centesimus Annus, 4.

[17] Juan Pablo II, Discurso ante la ONU, 1979, no. 18.

[18] A...por una especie de dinámica interior y bajo el empuje de mecanismos que no puedan dejar de ser calificados como perversos, provoca efectos negativos hasta en los Países ricos. El tema de estructuras de pecado o pecado social se refiere a Ala suma de factores negativos, que actúan contrariamente a una verdadera conciencia del bien común universal y de la exigencia de favorecerlo, parece crear, en las personas e instituciones, un obstáculo difícil de superar.@ Sollicitudo Rei Socialis, 36.  También ALas decisiones, gracias a las cuales se constituye un ambiente humano, pueden crear estructuras concretas de pecado, impidiendo la plena realización de quienes son oprimidos de diversas maneras por las mismas.@ Centesimus Annus, 38; ve no. 75.  Los obispos de AL comentan: AVemos, a la luz de la fe, como un escándalo y una contradicción con el ser cristiano, la creciente brecha entre ricos y pobres. El lujo de unos pocos se convierte en insulto contra la miseria de las grandes masas. Esto es contrario al plan del Creador y al honor que se le debe. En esta angustia y dolor, la Iglesia discierne una situación de pecado social, de gravedad tanto mayor por darse en países que se llaman católicos...@ (Puebla, 28).  También: ALa Iglesia defiende los auténticos valores culturales de todos los pueblos, especialmente de los oprimidos, indefensos y marginados, ante la fuerza arrolladora de las estructuras de pecado manifiestas en la sociedad moderna.@ (Santo Domingo, 243).  Medellín utilizaba el término Aviolencia institucionalizada,@ 2,16.

[19] Para ver más sobre el particular, se puede confrontar la sección IV de Sollicitudo Rei Socialis.

[20] En AL 30% de la población urbana y 54% de la población rural está debajo la línea de pobreza. CEPAL, Panorama Social de América Latina (Naciones Unidas: Santiago, Chile, 1998), 35.  Según el informe el nivel de indigencia no ha mejorado nada, incluso es peor, que en el año 1980.

[21] “Según un reciente estudio de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, 1.3 millones de agricultores mexicanos han abandonado sus predios como resultado directo de la inundación de importaciones suscitada por el TLCAN” y “Los salarios reales han caído en 3.4% desde el 1 de enero de 1994” [fecha cuando comenzó el TLCAN]. Audley, John, et. al. La Promesa y La Realidad del TLCAN: Lecciones de México para el hemisferio. Carnegie Endowment for Internacional Peace, 2003. Ve el informe en español: http://www.ceip.org/files/Publications/NAFTA_Report_Spanish.asp?from=pubdate

Citado en Noticias Aliadas, 14 enero 2004, vol 41, n. 1, p. 6-7.  Para otra perspectiva, ve el informe del Banco Mundial, Las lecciones del TLCAN para los países de América Latina y el Caribe:Un resumen de hallazgos de investigación. 2003. Ve informe en la página web: http://lnweb18.worldbank.org/LAC/LAC.nsf/ECADocByUnid2ndLanguage/32E02C48D1A7695685256CBB0060CA65?Opendocument

 

[22] Robert DODARO, ASan Agustín y la Ecoteología.  Algunas claves de interpretación,@ en Ecoteología: Una Perspectiva desde San Agustín, 274.  Por el mismo autor, AAgustín, Promotor de la Justicia y la Paz,@ en La Promoción de la Justicia y la Paz al Estilo Agustiniano (Roma: Curia Agostiniana, 1999), 7-14.

[23] Ve la referencia a neo-colonialismo y imperialismo económico en Pablo VI, Populorum Progressio, 52. Juan Pablo II, Sollicitudo Rei Socialis, 22, comenta en referencia a los dos bloques pre-caída del muro de Berlín: ACada uno de los dos bloques lleva oculta internamente, a su manera, la tendencia al imperialismo, como se dice comúnmente, o a formas de neocolonialismo: tentación nada fácil en la que se cae muchas veces, como enseña la historia incluso reciente.@

[24] PNUD, Informe Sobre el Desarrollo 1998, 30.

[25] Bernard BRUNING, ALa Caída de Roma y su Significado Religioso.@ En la Familia Agustiniana Ante el Tercer Milenio,@ en La Familia Agustiniana, 70.  También ve T.J. Van Bavel, O.S.A. AEspiritualidad Agustiniana para la Iglesia en el Mundo Moderno,@ en La Familia Agustiniana Ante el Tercer Milenio (Roma: Curia Generalizia Agostiniana, 1999), 52, comenta: AUn estilo de vida sencillo no es un fin en sí mismo.  Está siempre al servicio de dos fines: uno la creación de justas y buenas relaciones al interno de la comunidad, y otro, combatir la injusticia en el mundo.@

[26] CGI’98,  n. 27.

[27] Termino usado por Juan Pablo II al abrir la conferencia de Puebla, citado en Puebla, 492.  También Sollicitudo Rei Socialis, 42.

[28] Pablo VI, Populorum Progressio, 49. Juan Pablo II, Sollicitudo Rei Socialis, 31.

[29] CGI =98, n. 5.

[30] . Se usa la palabra Acultura@ en una forma anologíca para significar una estructura de pensamiento muy enraizado y casi aceptado como realidad inevitable por grandes sectores de la sociedad.  En esta forma Juan Pablo II usa la palabra para hablar de la Acultura de la muerte@, etc.

[31] Visto como el cuarto problema principal por los Latinoamericanos después del desempleo, bajo salarios y la pobreza. Ve http://www.latinobarometro.org/ano2003/ citado antes.