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Día 5 Clausura

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Dia 4 Paseo

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Día 3

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Grupos de Trabajo


Día 2

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Día 1

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Palabras de Prior Provincial

Palabras del Prior General

Palabras del Secretario-General

Homilia del Prior General


Documentos Para la Asamblea:

Horario del Encuentro

Evaluación del Proyecto de 2007-2010

Anteproyecto para Bogotá

Cambios en los Estatutos

Comentarios o Preguntas email:

XVII Asamblea de OALA
Bogotá
Juntos Haciendo Historia... Juntos Buscando Caminos

Palabras del Secretario-General

Queridos hermanos,
El año pasado en Chile la OALA celebró su cuarta década de existencia y allá hemos revisado, para usar la frase de Puebla, “las luces y sombras” de estos 40 años de servicio a favor de la Orden en Latinoamérica. Como es sabido, mi presencia aquí de nuevo como Secretario-General se debe a circunstancias desafortunadas y la reunión de emergencia de la directiva convocados por el miembro de la directiva mayor en profesión, el P. Gregorio Gallardo como estipula los estatutos. Por haber llevado la responsabilidad de Secretario-General por dos periodos, los hermanos me escogieron a mí con la esperanza que mi experiencia podía ayudar en el desarrollo de esta Asamblea. Es mi esperanza que podamos lograr esta meta y tener una asamblea productiva y de gran beneficio para el Orden en este continente. Como comuniqué a los Superiores Mayores reunidos en el Capítulo General Intermedio, acepté este cargo solo con esta meta y con la comprensión de todos que no seré candidato para otro período de servicio como Secretario-General. Una dificultad de las Asambleas de OALA es por razones que solo se reúne por 4 días hay poco tiempo de dialogar y considerar quien pueda ser el Secretario-General para asegurar la buena marcha de la organización. Es por eso que les pedí en mi carta de ir pensándolo bien para que aquí no comencemos desde cero.

En la reunión de la directiva hemos visto que conviene que mis palabras enfoquen sobre la misión de OALA, tal como especifican los estatutos, para que desde allí vayamos desarrollando a un programa para el próximo cuadrienio. La tiene una triple misión:

1) Misión crítica que requiere que miremos a las grandes corrientes del mundo actual para ofrecer un espíritu profético.
Ciertamente los que se reunieron en el Capítulo General Intermedio vieron que la tendencia actual del mundo de enfocar sobre el individuo como sujeto independiente de los demás requiere la voz profética de la comunidad y la unidad como aporte de la Orden a la tarea de evangelización de la Iglesia.

Ciertamente por 40 años este ha sido el aporte de la OALA, pero solo en un primer nivel, es decir hemos organizado encuentros, simposios, formación permanente, publicado boletines, etc todo para ayudar la Orden estar más unida. Hemos llevado adelante un programa de revitalización común en su metodología, temas de retiro, etc. pero no pretendía llegar a lo más concreto ya que este era la tarea de cada circunscripción a la luz de sus necesidades particulares.
Con sus luces y sombras podemos concluir que la OALA ha hecho esta función a este nivel, el nivel que refleja su esencia como una Unión en la Orden (para usar la terminología de las Constitución de la Orden.)

Por dicha naturaleza la OALA no lleva un proyecto concreto de colaboración que el Capítulo General señala como uno de los signos de los tiempos actuales. Esto probablemente requiere que la OALA tenga más las características de una Federación que tiene mayor autoridad que una Unión. La autoridad de la OALA no es jurídica sino está basada en la buena voluntad de los hermanos que quieren lograr algo común. La buena voluntad sirve para unificarnos en el nivel de cursos y reuniones, pero no es suficiente para llevar la responsabilidad de un proyecto común.

Entonces la pregunta viene: ¿La estructura actual de la OALA responde a su misión crítica de ofrecer una voz profética al mundo actual? No tengo la respuesta, solo propongo la pregunta.
Y ¿porqué frente a temas urgentes de hoy como el cambio climático o el tráfico de personas no podemos lograr unificarnos para ofrecer una voz profética al mundo? La misión crítica es difícil, pero tenemos que preguntarnos si la estructura nos obstaculiza en poder ser más proféticos en el mundo actual.

2) Misión de animación. Le corresponde a la OALA animar lo que los estatutos llaman “el régimen de la comunión”. Ciertamente el Proyecto Hipona: Corazón Nuevo fue un gran paso. El Proyecto tal como fue desarrollado en la reunión en la Casa Hipona de la provincia de Michoacán terminó en la asamblea de Buenos Aires. Pero todos expresaron el deseo de continuar el proceso. Ciertamente el proceso en estos años ha sido solo a nivel de subsidios, es decir recibimos los temas para los retiros o ejercicios espirituales y recibimos temas para los capítulos locales y para días de retiro en las comunidades. Estos subsidios son una ayuda ciertamente, pero me parece que el dinamismo de la revitalización de nuestra vida agustiniana requiere algo más concreto, semejante al proceso anterior, aunque modificado en sus contenidos, pero mantenido en su exigencia para dialogar y trabajar juntos en un proceso de revitalización que nunca se acaba. La modalidad actual de solo enviar susidios pierde la dimensión más exigente, pero más en sintonía con el Capítulo General de promover el dialogo y el trabajo juntos para así desafiarnos a nosotros mismos de mirar más allá de las fronteras y problemas de nuestra propia circunscripción. Esta parte de la misión de animación está programada para ser considerada en el último día de este encuentro.

3) Misión de coordinación: Los estatutos dicen: “uniendo más allá de las limitaciones y circunscripciones jurídicas… en la tarea común de la Iglesia… no para absorber, sino para impulsar, para situar, para significar.” Las palabras especifican la misión a largo plazo ciertamente porque solo hemos tomados los pasos al nivel de ofrecer servicios que ayudan a los hermanos como individuos, que ciertamente no es poca cosa. Hemos ayudado a los formadores a estar mejor preparados, hemos animado a jóvenes a profundizar su compromiso religioso, hemos contribuido a una relectura de San Agustin para el mundo latinoamericano de hoy, hemos unido formandos para que se conozcan y que aprendan de los unos y de los otros, hemos fomentado congresos de educadores que han permitido una multiplicación de ideas y modelos para fortalecer una pedagogía agustiniana en nuestros colegios, hemos fomentado diálogos sobre temas de justicia y paz y hemos contribuido en forma significativo a la elaboración de estas perspectivas en las mismas Constituciones de la Orden para el bien de agustinos en todo el mundo. Hemos animado en este nivel por 40 años y podemos decir, con sus altas y bajas, que hemos logrado mucho. Pero sabemos también que hay mucho que hacer. Lo que hemos logrado nunca es suficiente como nuestro padre San Agustín nos recuerda en su reflexión de caminar siempre y nunca decir basta. Entonces tenemos que preguntarnos sobre cuáles son obstáculos para esta visión de coordinación. Quiero terminar ofreciendo tres como punta de partir. Los primeros dos hemos visto muchas veces en la directiva a lo largo de los años que tengo relacionado con la OALA:

a) el papel de los delegados de base. Hemos intentado con cursos para capacitar los delegados de base para que sean el puente de animación entre la OALA y sus hermanos de la circunscripción y para que el delegado sea el comunicador entre su circunscripción y la OALA. No hemos logrado la meta, y eso sigue siendo un obstáculo para superar. El papel del delegado de base es clave para el futuro de la OALA. Es solo por medio de ellos que los miembros de la circunscripción puedan conocer la programación, los logros, y los desafíos de la OALA. Los Superiores Mayores tienen que animarles de cumplir su función y darles el tiempo necesario para cumplir su papel.

b) la respuesta de los Superiores Mayores. Todos que han servido en la directiva de la OALA conocen la frustración de tratar de cumplir lo que ha sido programado cuando los Superiores Mayores no responden a las comunicaciones y no animan a sus hermanos en la participación. Me pregunto: ¿debe ser necesario que los miembros de la directiva tienen que rogar, y rogar para que haya una respuesta? Hoy más que nunca la comunicación es facilitada, pero todavía hay este gran obstáculo que causa cuando solo hay silencio como respuesta. No podemos considerar estas invitaciones enviadas y reenviadas como “Spam”o “correo no deseado”. Las dificultades en organizar los encuentros son multiplicadas precisamente a la proporción del nivel del silencio de la respuesta de los Superiores Mayores. Quiero animar a los Superiores de tomar este en cuenta y ser misericordiosos con los miembros de la directiva respondiendo a ellos y animando la participación de su circunscripción.

c) Finalmente me parece que un obstáculo para lograr el ideal de la misión de coordinación es precisamente lo que mencioné antes, es decir la naturaleza de la OALA hace difícil mover a otro nivel que sería promover proyectos concretos comunes porque no tiene más autoridad que la buena voluntad de cada Superior Mayor. Puede ser que esto no es considerado un obstáculo porque queremos como Orden que la OALA solo funciona a este nivel de cursos y congresos. Pero si creemos que debe promover algo más entonces un diálogo sobre su naturaleza puede comenzar aquí.

El lema de este encuentro es: Juntos Haciendo Historia, Juntos Buscando Caminos. Este es el desafío que nos enfrentan hoy. Más que aprobar los mismos proyectos de siempre debemos preguntarnos que nos hace falta hacer para lograr la meta señalada en este lema.

Quiero terminar agradeciendo a los muchos hermanos, muchos aquí presentes, que siempre me han mostrado lo más cordial respeto y fraterno apoyo en las tareas que he tratado de cumplir en la OALA. Cuando dejé la Secretaría-General después de dos períodos en 1999, nunca pensé que iba a volver. Ahora estoy más seguro que este es mí última vez en este cargo porque somos agustinos y no benedictinos con votos de estabilidad y con cargos vitalicios. Agradezco a los miembros de la directiva por su apoyo en hacer caminar nuestra organización hacia esta Asamblea en medio de una situación difícil. Ha sido un trabajo en conjunto con buen ánimo y humor que hizo liviano el cargo. Igualmente agradezco al P. Argiro y los miembros de la provincia de Colombia por apoyar todo en la organización de esta Asamblea. Los resultados están en sus manos, pero puedo decir que gracias a todos ellos hemos podido poner todo a la disposición de ustedes.