Hno. Julio Corazao, nos indica las siguientes pautas:
•Un maestro que
vive, valoriza y reconoce que es imagen de Dios restaurada por Cristo y
animada por el Espíritu Santo.
•Un maestro que
está en comunión con Dios nunca lo deja de lado. Dios es el centro de su vida. Sabe que de Dios vino y a Dios irá. Él es su
guía y maestro. Conversa siempre con
Dios; es decir, ORA.