Si queremos ser
más prácticos, podemos decir que un centro educativo podrá llamarse católico,
si se enseña a los alumnos, padres de familia, profesores y personal en
general a:
•Rezar.
•Comunicarse con
Dios por la oración.
•Aprender a amar a
Dios.
•Aprender a amar
al prójimo.
•Aprender a servir
a los demás.
•A lograr en cada
miembro de la comunidad educativa un proyecto de vida personal, donde el
centro sea Cristo.
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