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Programa

Bienvenida

Primera Ponencia

Tercera Ponencia

Cuarto Ponencia

Quinta Ponencia

Sexta Ponencia

Septima Ponencia

Subsidio

Clausura

Oración de Laudes

Powerpoints:

Victor Lozano I

Dr. Rainusso

Victor Lozano II

Galende II

Galende III

Comentarios o Preguntas email:

ENCUENTRO CONTINENTAL DE EDUCADORES AGUSTINIANOS

“EDUCACIÓN AGUSTINIANA Y PROYECTO PASTORAL”

TRUJILLO, PERÚ – ENERO 2010


Palabras de Bienvenida
Victor Lozano, OSA
Area de Educación de OALA  

El Perú es un país de madera noble y antigua como lo podrán comprobar en estos días cuando visitemos la ciudad histórica de Chan Chan. Pues bien, desde esta noble y antigua tierra de los mochicas y chimúes, desde la heroica y colonial Trujillo, capital de La Libertad , a todos lo que han tenido la gentileza de visitarnos, vaya un caluroso y fraterno saludo agustiniano, en nombre propio y en el de nuestro Secretario General, P. Richar Villacorta y del Vicariato de Chulucanas que nos acoge.

 

Su presencia nos llena de alegría porque despierta, alienta y anima nuestros sentido agustinano de fraternidad. Nos anima nuestra común vocación de servicio, el deseo de cumplir mejor nuestra misión, de responder al hoy de nuestra historia, que no es otro que evangelizar, y a la vez, cambiar impresiones, dudas, anhelos y frustraciones propios de la tarea educativa, que, solos, tantas veces nos empujarían al desaliento.

 

Estamos aquí porque queremos ponerle norte y buen viento a nuestra tarea educativa. Estamos aquí porque queremos ponerle alas y plumas a nuestra misión evangeliza-dora. Queremos ponerle mística, audacia y creatividad.

 

Este Encuentro toca la medula de nuestros colegios; la pastoral, la evangelización. Todas las ponencias van encaminadas a iluminar un Proyecto Pastoral con sello agustiniano, dinamizador de todo el Proyecto Educativo. Es decir, escuelas en pastoral, evangelizar educando y educar evangelizando. Porque esta es nuestra identidad y esta es nuestra razón de ser.

 

El P. Juan Carlos Ayala nos acercará a los documentos eclesiales que hablan de la Escuela Católica y sus exigencias. El Dr. Carlos Rainusso nos hablara de lo que conlleva Escuelas en Pastoral. Un servidor tocará el tema del Proyecto Pastoral como dinamizador el Proyecto Educativo. El P. Donato iluminará el tema del maestro agustino como Educador y Evangelizador y el P. Francisco Galende tocará el Modelo educativo y evangelizador agustiniano.

 

Estamos aquí representados de buena parte de los países de América Latina donde tenemos colegios los agustinos y es una ocasión propicia para reflexionar juntos: maestros y maestras agustinos de Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Bolivia, Venezuela, México, Panamá, República Dominicana y Perú. 

 

Cada época tiene sus retos y sus desafíos. La época que nos ha tocado vivir no es nada fácil, lo sabemos. Está marcada por múltiples problemas, tantos, que a veces daría la impresión que quieren  acabar con la esperanza. Vivimos en un mundo marcado por grandes contradicciones, por la pobreza y la riqueza  cada vez más extremas, por bloques antagónicos, por guerras sin sentido, por la corrupción rampante, por la marginación y la exclusión, por fanatismos y fundamentalismos, por la amenaza latente de un desarrollo sin control ni escrúpulos, que  aniquila los ecosistemas y contamina el planeta.

 

¿Qué tengo yo que hacer, maestro, maestra, en esta situación que me ha tocado vivir? ¿Qué tengo que hacer, desde la escuela, para ser fiel a mis principios, para aportar lo que se espera de mí, para ser un elemento de solución al problema y no un ladrillo más en el muro con una política del dejar hacer, dejar pasar, o simplemente quejarnos? En primer lugar saber que debemos hacer algo, que se puede hacer algo. Mucho más como educadores cristianos llamados a sembrar y construir, a santificarnos en esta tarea educativa.

 

En principio, debemos aspirar a formar una comunidad cristiana viva. Esa es la columna vertebral de un colegio católico agustiniano. Esa es la razón primera del ser y el quehacer de nuestros colegios. Educar es un tema de vida, hablamos de la vida, de las personas con las que interactuamos. Hablamos del uso relevante y pertinente de las experiencias de vida para ayudar a los alumnos a crecer, a tomar postura, a entender el mundo, a valorar las cosas buenas, a pensar, a tomar distancia de lo que les amenaza. La democracia, la interculturalidad, la paz, el amor, la honestidad, la honradez, son valores que se construyen en la interacción humana independiente-mente de la asignatura que sea. Porque, en definitiva, el vínculo educativo en última instancia, es un vínculo humano, afectivo, relacional. ¿Quién será un verdadero maestro? Aquel que logra establecer relaciones de intimidad entre su propia alma y la de sus alumnos, aquel que se impone la tarea de ganar hacia la verdad, el bien, la bondad y la belleza, la vida inexperta de los alumnos, decía ya Pablo VI.

 

A la educación le corresponde ser una herramienta eficaz para transformar la sociedad y formar integralmente a las personas, para liberarse de todo lo que les impida llegar a ser lo que Dios espera de ellas. Ver la educación como un paradigma reproductor de la sociedad es aceptar que es imposible imaginar visiones optimistas de futuro y vivir resignados a un mundo chato de horizontes e ideales. En los últimos años hemos pasado de una pastoral educativa de actividades pastorales a una pastoral entendida como una de las prioridades de la Escuela Católica. Pero demos un repaso a la historia:

 

          En los años 70 nació la pastoral del compromiso social. Los colegios eran “el cuco”, casi ningún religioso quería estar en un colegio para educar “cachorros de burgués”. La educación era la reproductora de un sistema injusto. Había que optar por los pobres desde la inserción social. Se tardó años en descubrir que solo desde una acción educativa podemos cambiar el mundo desde la raíz.

          En los años 80 se dio la pastoral de la experimentación. Los colegios aparecían como novedad pastoral ante el debilitamiento de las parroquias. Nacieron en los colegios las pascuas juveniles, los grupos musicales, oraciones con música, teatro-danza-cine…

          En los años 90 pasamos de la pastoral en el centro, al centro en pastoral. Se dieron pasos para lograr una pastoral estructural, generadora de estructuras en personas e instituciones.

 

En la actualidad, siglo XXI, se promueve la pastoral de la competencia espiritual, conviviendo con dos modelos: uno, que ha optado por volver al modelo de transmisión de la fe, con el fin de transmitir a los alumnos el “corpus religioso” que ya nadie les puede contar; es el modelo de la competencia religiosa. El otro, es el modelo de centros en pastoral, que optan por procesos pedagógicos sólidos para dotar a los alumnos, educadores y familia de la “competencia espiritual”. Esto no se consigue si la pastoral del umbral (sentido de pertenencia, relaciones humanas y cohesión emocional) se queda en el umbral, si no se opta por una pedagogía donde todos los umbrales pedagógicos están dirigidos a mejorar la competencia espiritual. Esto no lo puede hacer un responsable de pastoral, ni un equipo, sino todo el claustro en su totalidad, incluyendo a los más tibios, que se implicarán si el modelo es realmente evangélico.

 

Si hablar de pastoral hace unos 10 años era sinónimo de hablar de actividades de pastoral, hoy es hablar del principal factor de calidad, especificidad e identidad de nuestras escuelas agustinianas y en muchos casos, único factor de supervivencia. Antes la preocupación era cómo mejorar las celebraciones y las clases de religión, o si tendría que haber o no catequesis sacramental en el colegio, en lugar de en la parroquia. No se contaba apenas con los educadores; había un responsable, casi siempre un religioso/a y este hacía lo que podía con algunos colaboradores. Cuando nacieron los equipos pastorales se hacían actividades, pero aún desestructuradas, con escasa planificación, sin presupuestos, sin calendario, sin respaldo de la directiva y del claustro general de profesores.

 

Nuestra actividad pastoral pasa hoy por circunstancias nuevas que nos obligan a una seria reflexión. Nuestra sociedad se va secularizando cada día más. Hay escasez de personal religioso involucrado. En los próximos años la pastoral debe ser la principal preocupación y prioridad de la escuela católica, porque muchos colegios  pasarán a una fundación para su gestión o perderán la titularidad. El criterio de supervivencia no va a ser otro que el criterio pastoral. Si una escuela ve que todo su personal vibra ante la pastoral, será el camino de superación de todas las barreras, sean legales, sociales, o económicas.

 

Si uno de nuestros colegios es bueno, exitoso, realmente de calidad, pero no se entrega a la pastoral, será una empresa de primera, eficiente, pero habrá perdido su razón de ser. El futuro de la pastoral se está decidiendo cuando se opta por tal o cual modelo de calidad. Si no sabemos a dónde vamos, mejor sentémonos porque ya hemos llegado.  Tenemos dos modelos

 

Algunos colegios hacen planes de calidad cuyo objetivo es mejorar los medios (procesos) convirtiendo al medio en una meta; es decir, se trata de hacer planes sin fin porque no miran a ningún objetivo, o buscan la mejora continua, para llegar… ¿a dónde?  Aquí se sacralizan los medios, los procesos, los métodos, los presupuestos, los tiempos, el personal, estadísticas… Los educadores van en corbata y con la cara seria, controlando todos los procesos con eficacia, pero sin alma. Aquí el motor es la gestión.

 

Pero de lo que se trata es que los planes de calidad, que cohesionan a todo el claustro de educadores en la misma dirección, apunten a la calidad de los medios para lograr el fin último de la institución. Y el fin último de nuestros colegios en pastoral, es la evangelización, inculturar el evangelio, evangelizar la cultura. Aquí el motor del colegio es la pastoral.

 

Si traicionamos nuestro ideario subordinándolo a las circunstancias perdemos nuestra razón de ser. Solo sobrevivirán las escuelas católicas que usen un único sombrero: el de su propia identidad, aquellos que sienten que la fe y lo que ella implica, merecen la pena y la ponen como eje. La pastoral debe ser el ¡órdago a la grande! de nuestros colegios.  

 

No es la clave la calidad de nuestras instalaciones, ni los reglamentos, las normas  o las estadísticas. La clave para dar sentido a lo que hacemos, para sentirnos vivos, es la pastoral, que es lo mismo que decir que la clave está en las personas, en su felicidad, en su realización, en su conversión. Este  es el mejor signo de haber optado por el humanismo cristiano, por el proyecto de Jesús. El problema no son las celebraciones, que no funcionan en casi ningún sitio. La clave está en si toda la escuela está en pastoral, si todos hemos optado por ponernos este único sombrero de identidad propia y razón de ser.

 

Una cosa es clara. La misión educativa sigue siendo relevante en el carisma de los agustinos. No obstante, el tema, no es hacer colegios o mantener colegios, sino que estos sean verdaderos focos de evangelización. Si nuestros colegios no evangelizan, si la comunidad educativa no camina tras un Proyecto Pastoral asumido por todos, si no siembra el Reino en el corazón de los alumnos/as, todo otro éxito o logro será insuficiente, nuestro accionar estará desenfocado y el desaliento estará servido.

 

En esta aventura de construir los nuevos cielos y la nueva tierra desde la escuela hay Alguien que hace camino con nosotros y que se llama Dios-con-nosotros. Desde la perspectiva cristiana, creer que sí es posible educar y evangelizar integralmente, es creer en el poder de Jesucristo y de su Palabra. Sigamos luchando desde este subsistema de la realidad llamado escuela para hacer que la historia deje de ser un cementerio de esperanza para convertirse en proveedora de una tierra sin males, es decir, sembradora del Reino.

   

Urge, pues, en este contexto, desarrollar una educación integral desde los valores evangélicos para promover la justicia y la solidaridad a fin de dar respuesta a los desafíos reales de un mundo definitivamente asimétrico. Urge armar un Proyecto Pastoral con rostro y talante agustinianos, que involucre a todos a fin de vivir y sembrar el Evangelio para evangelizar la cultura. El Colegio es uno de los pocos foros que nos quedan para ofrecer pautas cristianas para la vida a padres, profesores y alumnos y mostrar el ideal.

 

Por ello habrá que fortalecer la acción pastoral en el colegio hasta llevar a los alumnos a una opción coherente de vida; habrá que incentivar el trabajo vocacionado de nuestros educadores; habrá que fomentar la identidad agustiniana que tiene aún mucho que decir a la sociedad de hoy; habrá que integrar e intensificar más la participación de la familia en la escuela; habrá que propiciar espacios juveniles donde se vivencie a Cristo, dador de vida y sentido.

 

Todos queremos ver nuestros colegios transidos de humanismo agustiniano, de un talante y un estilo inconfundible, reflejo de la vivencia y el testimonio de religiosos/as y laicos al interior de sus comunidades educativas, empujando el mismo Proyecto. Pero como dice el adagio popular, nadie da lo que no tiene. Se hace necesario, pues,  conocer más y mejor lo más genuino de nuestra especificidad a fin de alinearnos todos con unos valores y un estilo tras un Proyecto Pastoral que sea la marca registrada de nuestra oferta educativa y cristiana.

 

Amigos educadores agustinianos, estimados maestros y maestras todos. Es difícil optar por un mundo de interrelaciones sanas un mundo sin excluidos, un mundo de plenitud, donde se potencia sin fragmentaciones todo el hombre y todos los hombres, si Cristo no está en el eje como fundamento y término de nuestra acción educativa. Cristo alfa y omega por ser el revelador del misterio del hombre, de su vida y su proyecto.

 

Santo Domingo -nos dirá el P. Juan Carlos- recuerda que la educación cristina se fundamente en una verdadera antropología cristiana; esto significa la apertura del hombre a Dios como Padre, apertura hacia los demás como hermanos y apertura hacia el mundo para potenciar sus virtualidades. Que hablar de educación cristiana es hablar de un maestro que orienta a sus alumnos hacia un proyecto en el que viva presente Jesucristo.

 

Como docentes agustinianos estamos llamados a ser y vivir una síntesis cristiana: a ser paradoja en un mundo disolvente. Ojala nos dejemos guiar por el impulso del Espíritu que infunde su fuego en la inmensidad de estos arenales costeños, en los bosques secos de sus montañas, en la fecundidad ubérrima de sus valles.

 

El objetivo de estos Encuentros de educadores, laicos y religiosos, de nuestros colegios, básicamente es conocernos, analizar nuestra problemática, compartir experiencias y buscar juntos alternativas de solución. Porque frecuentemente la tendencia más común es tratar de solucionar nuestros problemas al margen de los demás.

 

Para esto hemos querido invitarte a Trujillo esta vez. Para reflexionar y discutir acerca de aquello que consideramos esencial, la finalidad de nuestras escuelas, la pastoral encaminada a la evangelización. Pero también para compartir vivencias y dificultades, para conocernos más, para enriquecernos y animarnos mutuamente en esta tarea que cada día conlleva más dificultades y retos. Bienvenidos todos al Perú, bienvenidos a Trujillo. Declaro abierto el Encuentro Continental de Educadores Agustinianos Trujillo 2010.