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LAS CONSTITUCIONES DE LA ORDEN DE
SAN AGUSTÍN
(RENOVACIÓN Y REVISIÓN)
Luis Marín de San Martín, O.S.A.
El Capítulo General celebrado en Roma en septiembre de
2007 aprobó la revisión de los nueve primeros capítulos de las
Constituciones, que corresponden a sus fundamentos teológicos y
espirituales, completando así la tarea iniciada en el Capítulo de 2001, que
había procedido a la revisión de las partes más directamente jurídicas
(capítulos 10-26).
0. CRITERIOS DE RENOVACIÓN
En el trabajo de revisión de estos primeros capítulos se ha
procurado un retorno a las fuentes: a la sencillez exigente del Evangelio y
a la realidad histórica de la Orden. Pero este retorno se hace desde la
situación concreta de la Iglesia que vive, enseña y orienta desde las
necesidades y retos de nuestro mundo. Por eso se han tenido en cuenta tres
elementos fundamentales a la hora de proceder a la actual renovación de las
Constituciones:
-
Fidelidad a la propia tradición y a la propia historia de la Orden,
desde la referencia a nuestro Padre san Agustín y a la realidad de los
agustinos como Orden Mendicante.
- Mirada
de fe sobre la situación nueva de la Iglesia y el mundo de hoy, que
implica adaptar el modo de vivir y expresar ese carisma inicial en lko
que podríamos llamar fidelidad creativa.
-
Capacidad para ayudar a vivir la propia consagración a Dios y para
procurar la transformación interior en el Espíritu, a la luz del
Concilio Vaticano II y del magisterio posconciliar.
1. EL CAPÍTULO I: ORIGEN, NATURALEZA Y CARISMA, FIN Y
TESTIMONIO DE LA ORDEN
Se trata de un capítulo profundamente renovado, en el que se
han intentado clarificar los rasgos esenciales de la Orden de San Agustín,
teniendo en cuenta los datos de la Historia. El capítulo presenta una
estructura nueva respecto a las Constituciones anteriores.
- Se
comienza presentando la vida religiosa como un modo de vivir la llamada
a la santidad, fundamentada en el Bautismo (n. 1). Este número resume,
clarifica y corrige los dos números que se colocaban como preámbulo en
las Constituciones anteriores.
- Hay
una reestructuración del capítulo, no tanto en los grades apartados
(origen; naturaleza y carisma; fin y testimonio) sino en los contenidos.
- Se
indican de forma clara los dos principios de la espiritualidad y vida de
la Orden: san Agustín y nuestra realidad como Orden Mendicante nacida en
el siglo XIII. Para ello se hace una breve presentación histórica de
nuestros orígenes.
- Dada
la complejidad del carisma agustiniano, que no puede resumirse en una
frese, ni simplificarse en un concepto, en los nn. 4-12 se ofrecen los
principales rasgos configuradores de dicho carisma.
- Se
precisa que el nombre oficial de nuestra Orden es “Orden de San
Agustín”.
2. El CAPÍTULO II: ESPIRITUALIDAD DE LA ORDEN
En este capítulo, muy transformado, se resumen los rasgos
principales de la espiritualidad agustiniana, que se desarrollarán en los
siguientes capítulos.
-
Reestructuración del capítulo. En lugar de la estructura de las
Constituciones anteriores (Aspecto evangélico y eclesial-Comunión de
vida-Personalidad y libertad-Búsqueda de Dios-Entrega
personal-Apostolado) se opta por una nueva estructura más sencilla y con
una mayor lógica agustiniana y teológica: Aspecto evangélico y
eclesial-Búsqueda de Dios e interioridad-Comunión de vida-Servicio a la
Iglesia y Evangelización.
- Se
indican las fuentes de la espiritualidad agustiniana (san Agustín y la
tradición de la Orden) y se advierte que esta espiritualidad debe
vivirse según las circunstancias de tiempo, lugar y cultura.
- Hay
una revisión de los temas eclesiológicos, eucarísticos y mariológicos
buscando una mayor adecuación de los conceptos a la teología actual.
- El
capítulo se enriquece con referencias a los documentos del Concilio
Vaticano II.
- Se
presenta la espiritualidad como tarea y se insiste en la responsabilidad
personal, evitando espiritualismos o lecturas cerradas o poco
comprometidas, desde la llamada a transformar el mundo (implicación
social).
3. EL CAPÍTULO III: DIMENSIÓN DE TODA LA FAMILIA
AGUSTINIANA
Pocos cambios respecto a las Constituciones precedentes.
- En los
nn. 40 y 41 se aclaran quienes forman parte de la Orden y de la Familia
agustiniana.
- Se
desarrolla el papel de los laicos y de los grupos laicales
(especialmente las fraternidades).
- Se
precisan las condiciones de afiliación a la Orden y se admiten otros
tipos de reconocimiento.
4. EL CAPÍTULO IV: LA CONSAGRACIÓN A DIOS
Este capítulo mantiene la estructura precedente, aunque
introduce importantes cambios en el contenido, generalmente buscando una
mayor adecuación agustiniana.
- Hay
una fuerte referencia cristocéntrica en todo el capítulo y una apertura
al dinamismo escatológico.
- Se
reelabora el tema de la castidad como vivencia y expresión de amor.
- Se
reelabora el tema de la pobreza, partiendo de la identificación con el
anonadamiento de Cristo, que va más allá de la mera condición económica.
- Hay
una mayor precisión en el desarrollo de la comunión de bienes, desde
unos fundamentos claramente agustinianos.
- Se
clarifica la opción preferencial por los pobres desde una perspectiva
profética.
-
Respecto al la obediencia, se indica con mayor atención el aspecto de
corresponsabilidad y discernimiento en común.
5. EL CAPÍTULO V: LA COMUNICACIÓN CON DIOS
Se trata de un capítulo muy extenso, que ha tenido una gran
reelaboración, sobre todo buscando una mayor actualización teológica a la
luz del Concilio Vaticano II.
- Se
corrige una perspectiva excesivamente formalista y cultual y se
profundiza en la perspectiva sacramental, litúrgica y teológica, tanto
en el lenguaje como en los contenidos.
- En
lugar de las dos partes anteriores (Culto Sacramental y Vida de
oración), se cambia la estructura y se presentan tres (Vida de oración,
Vida sacramental, Cuidado de la vida espiritual).
- Se
introduce un punto (n. 91) sobre la lectio divina y la lectura orante de
la Sagrada Escritura.
- Se
renuevan casi totalmente los números dedicados a la oración
desarrollando tanto la perspectiva comunitaria como la implicación de la
vida.
- Hay
una clara actualización teológica de toda la parte sacramental.
- Se
introducen algunas precisiones en la parte devocional. También se
presentan de forma clara algunos medios que pueden ayudarnos en el
cuidado de nuestra vida espiritual.
6. EL CAPÍTULO VI: COMUNIÓN DE VIDA CON LOS HERMANOS
El capítulo VI no ha tenido excesivos cambios, aunque sí se
han introducido algunas novedades.
- El
número 108, con el que se abre el capítulo, quiere presentar el
fundamento Trinitario de la vida comunitaria, tal y como lo indica san
Agustín.
- El 110
insiste en las necesarias bases humanas de la vida fraterna.
-
También se introducen algunos ajustes y adaptaciones a la luz del
magisterio posconciliar.
7. EL CAPÍTULO VII: LOS ESTUDIOS EN LA ORDEN
Tampoco hay excesivas novedades en este capítulo, aunque sí
hay un deseo de resaltar y precisar la importancia que, para los agustinos,
tiene la vida intelectual.
- Se
fundamenta la importancia de los estudios en la tradición agustiniana.
- Se
pide cuidar de los estudios eclesiásticos, especialmente de la
agustinología, de la historia de la Orden y de la teología, pero se
amplía la perspectiva de los estudios hacia las ciencias no teológicas.
- Hay
una apuesta por el trabajo interprovincial e intercongregacional en el
campo de los estudios y una opción por la interrelación y la
colaboración cultural.
- Se
suprimen los números referidos directamente a la formación, por no ser
este su lugar.
8. EL CAPÍTULO VIII: EVANGELIZACIÓN Y ACTIVIDAD
APOSTÓLICA
Capítulo amplio y denso. Muy trabajado y reformado en alguna
de sus secciones, buscando la practicidad de manera que no sólo refleje la
situación actual de la Orden sino que también nos ayude a caminar en el
desarrollo del apostolado como respuesta a las necesidades de la Iglesia.
- La
sección dedicada al apostolado en general no cambia demasiado. Las
modificaciones quieren aclarar el sentido de la misión y del apostolado
y precisar el matiz agustiniano (dimensión comunitaria, etc).
- En la
sección “Ministerio pastoral”, las modificaciones introducidas aclaran
las relaciones con la pastoral diocesana. También se mantienen y
precisan las especiales referencias a las religiosas, a los laicos
(especialmente los jóvenes) y a los pobres.
- En el
apostolado de la educación, además de algunos cambios menores, se
transforman completamente los números dedicados a la comunidad educativa
de nuestros colegios y a las relaciones interpersonales, en una
concepción amplia de la educación.
-
Respecto a la “Actividad misionera” se amplía el tema de la
inculturación (n. 168) y se introduce un número (n. 171) sobre la
colaboración con las circunscripciones más necesitadas.
- La
sección “Diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural” está muy
modificada y ampliada ya desde el mismo título. Hay un número
introductorio de fundamentación teológica (n. 176), se ofrecen medios
para avanzar en el diálogo ecuménico, se precisa la dimensión
agustiniana del diálogo interreligioso y se introduce un nuevo número
sobre el diálogo con las culturas. También hay una referencia al
problema de las sectas.
- Por
último, también hay una reelaboración de la parte dedicada al apostolado
social. No cambia el orden, pero sí la redacción, buscando una mayor
precisión y practicidad, de manera que estos números puedan impulsarnos
a cambiar las estructuras de injusticia y marcar las prioridades de
nuestra acción.
9. EL CAPÍTULO IX: FORMACIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA ORDEN
Se trata de un capítulo muy transformado, en el sentido de
que se reduce y simplifica respecto a las Constituciones precedentes.
- Como
se advierte en la nota, aquí se proponen los principios generales y se
suprimen los aspectos particulares referidos a la dinámica de la
formación, que están en la Ratio Institutionis.
- Hay
una aclaración en el n. 189 sobre el objetivo de la formación.
- Se
insiste en el estudio como medio formativo esencial (n.194).
- Se
precisa, de forma clara, que el proceso gradual de la formación en la
Orden comienza en el prenoviciado (n. 198).
- Se
pide una evaluación psicológica del candidato en el prenoviciado y se
recogerán datos precisos sobre su idoneidad espiritual, moral e
intelectual (n. 202).
- Por
razones de conveniencia comunitaria, no debe iniciarse el noviciado con
menos de tres candidatos.
- Hay
una viva recomendación de los equipos de formación y de la colaboración
en esta tarea (n. 213)
- Se
añaden dos números sobre la formación permanente.
En las actuales Constituciones aprobadas en 2007 y
editadas en 2008 se añade como apéndice una tabla de equivalencias entre la
numeración actual y la numeración de la edición de 2002.
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