Aunque hay una figura jurídica que ayuda a nivel de estructuras en cuanto a la
dirección del Vicariato, la verdad es que desde el principio, las Provincias de Chicago y
de Villanova han sido co-promotores de este Vicariato. La creación del mismo Vicariato no
habría sido posible sino por la participación de los miembros de la Provincia de
Villanova en esta tarea. Por eso, es muy significativo reconocer que el papel del Vicario,
nuevamente, será asumido por un miembro de la Provincia de Villanova. Así se manifiesta
muy claramente la corresponsabilidad en este compromiso entre las dos provincias: Chicago
y Villanova. Además, quiero reconocer la presencia de los miembros de la Provincia de
Michoacán -- una Provincial que apoyó a nosotros desde la misma fundación de la
Prelatura de Chulucanas. Y como sabemos todos, las Provincias de California y México han
apoyado también de distintas maneras durante todos estos años.
4. Agradezco a nuestros hermanos y pastores, Juan McNabb y Daniel Turley su presencia
con nosotros esta mañana. El primer compromiso que los agustinos de los Ee.Uu. tuvieron
en el Perú fue la formación de la Iglesia local en Chulucanas, y después de 35 años
creo que todos podamos sentirnos orgullosos de la labor pastoral que se ha realizado por
medio de tantos agustinos, y en manera particular, Monseñor Juan. Son muchísimas las
bendiciones recibidas por todos nosotros durante estos años, y creo que el Señor
seguirá acompañándonos en todo nuestro servicio.
5. Concepto de servicio y liderazgo en la vida religiosa hoy, especialmente como
agustinos --
Si la comunidad llama, la respuesta de uno tiene que ser generosa, y creo que Roberto
nos va a ofrecer un ejemplo grande en su disponibilidad y servicio al Vicariato.

Entre los dones que Roberto seguramente va a traer a este rol de Vicario, sin duda,
será su corazón sensible y abierto. El corazón - símbolo tan importante dentro del
marco de los valores de la vida agustiniana - el corazón inquieto es parte de la
experiencia de todos nosotros. Simboliza para nosotros lo mejor, y a la vez, lo más
difícil de la vida humana. El amor, la vida afectiva, la amistad, nuestra capacidad de
perdonar y reconciliarnos -- y mucho más -- todo esto está representado dentro del
símbolo del corazón agustiniano. Y por supuesto, nuestro amor a Dios vendría en primer
lugar... sólo que, como nos indica san Juan, cómo vamos a saber si uno ama a Dios?
Según su amor a los hermanos.
Como agustinos, estamos llamados a vivir con un solo corazón. Palabras muy bonitas,
pero ¿qué quiere decir esto? No pretendo dar aquí una respuesta completa, pero el
documento del último Capítulo Intermedio nos puede ayudar:
En el documento del último Capítulo General Intermedio, "Agustinos en la Iglesia
para el mundo de Hoy", hay una parte intitulada "La Comunidad Agustiniana como
signo de comunión con el otro. Allí leemos "Esta expropiación del corazón y
de la mente exige que vivamos como una comunidad reconciliada consigo misma que es capaz
de ofrecer la reconciliación a los otros. La comunidad, a pesar de las diferencias
personales, manifiesta el amor al que estamos llamados los cristianos y la superación de
toda división como un reflejo del amor de Dios para todos."
- Dos puntos:
1. La palabra "expropiación" (del corazón y de la mente). O sea, es nuestra
meta llegar a poner nuestro corazón y nuestra mente al servicio de la comunidad. YA NO
SON NUESTROS. (Llama la atención que la traducción en inglés es "unión de
corazón y mente"... Es muy diferente, y tal vez el concepto de
"expropiación" merece una reflexión más profunda. Unir nuestros corazones es
un primer paso... pero aún así, uno puede mantener "posesión" de su propio
corazón. Uno sigue determinando el dónde y cómo va a abrir su corazón a los demás.
Aquí, con esta expresión de "expropiación de los corazones", se está
expresando otra realidad - algo mucho más radical: mi corazón ya no es mío: lo pongo en
unión con los de los demás, y sobre todo con Cristo, y ahora, en comunidad, juntos
decidimos dónde vamos a amar, cómo, y en qué manera vamos a servir a los demás.
Muchas veces, hemos visto problemas en nuestros comunidades, y en nuestra vida
personal, precisamente porque es tan difícil entregar el corazón rádicalmente a la
comunidad, y por medio de la comunidad, a Cristo. Roberto, tienes un reto grande en tu
nuevo servicio como Vicario: tienes que ayudar a todos a ser sensibles, y a la vez, a
aceptar el desafío de superar las dificultades y reconocer que estamos llamados a vivir
en una verdadera comunión de mente y corazón.
2. Toda la actividad de nuestro Vicariato va a depender de una vida interior profunda,
y de una auténtica reconciliación entre los miembros.
Será muy importante todo esfuerzo de superar divisiones, (de Provincias,
nacionalidades, culturas, etc) -- sólo a través de la continua renovación de nuestras
vidas personales y comunitarias, podremos llegar a ofrecer al mundo el testimonio
verdaderamente agustiniano:
los valores de la interioridad, la comunidad, la amistad, la comunión de bienes
materiales y espirituales, la reconciliación, y la comunicación al mundo del rostro de
Jesús - su compasión, la esperanza, y un compromiso firme con la solidaridad, la
justicia y la paz.
La comunidad - como agustinos, nuestro modelo de vida tiene mucho que decir al pueblo
hoy (a la vez, tenemos mucho que aprender). Quiero subrayar la importancia del diálogo,
de reconciliación, de lo que es trabajar en equipo, en comunidad.
Una contribución específica de este vicariato: su compromiso en la causa de los
pobres. Justicia social. Participar en la promoción de los derechos humanos.
Vale la pena mencionar el efecto muy positivo que este Vicariato ha tenido en el
Capítulo Provincial de Chicago: la presencia de Isaías fue muy positiva, en muchos
sentidos: primera vez que un peruano participa. Sus palabras sobre la importancia de la
relación y continuo compromiso entre las Provincias de los EE.UU. y el Vicariato fueron
escuchadas, y despertaron algunas inquietudes en los participantes del Capítulo.
También, la presencia de otros miembros del Vicariato en el Capítulo (Juan Lydon, Carlos
Bodden) fue una luz muy esperanzadora para todo el grupo.
Hay muchas otras cosas que se pueden decir: sobre la direccion para el futuro de la
vida religiosa:
- Documento La Iglesia en las Américas
- disponibilidad ante las necesidades de los pobres.
- sobre la necesidad de cultivar una vida interior siempre más profunda -- donde todos
busquen con ese corazón inquieto una comunión íntima con el Señor; y tantas otras
dimensiones de nuestra vida.
Pero en el fondo, en pocas palabras, podemos decir, que a todos, Jesús nos ha dado el
ejemplo: la humildad y la actitud de disponibilidad en servicio. Si todos fuéramos
realmente capaces de lavar los pies, y besar los pies, unos a otros, encontraríamos una
verdadera comunidad de hermanos, donde la comunión de corazones llega a reflejar siempre
mejor la presencia del Reino de Dios entre nosotros.
R. Prevost, O.S.A.
Morropón, 30 de julio de 1999.