Otras partes del Manual:


Lineamientos de formación agustiniana en América Latina (adoptados por los Formadores Latinoamericanos, enero de 1988)



Programa de Formación Agustiniana en Trujillo

Comentarios o Preguntas


  PROGRAMA DE FORMACION


El presente programa de formación ha sido formulado por la comisión de formación del Vicariato de Chulucanas, en base a la realidad socio-cultural de los candidatos, los lineamientos para una formación integral en América Latina, la Ratio Instituionis de la Orden, las experiencias de la comunidad de formación de Trujillo, y los principios generales de una formación sólida para la vida religiosa.

I. Filosofía General

Nuestro Vicariato propone: dedicar a trabajar para ser una comunidad que da testimonio de vida agustiniana con miras hacia la nueva evangelización inculturada. Los elementos indispensables de esta vida agustiniana a que nos comprometemos son: una estructura y estilo de vida fraternos; testimonio profético de nuestra opción preferencial por los pobres; una creciente peruanización en sintonía con la Orden Universal; y un espíritu misionero vivo. (Declaración de la Visión del Vicariato encontrado en el documento En Camino de Ser Para Hacer, Asamblea de marzo de 1993). Como una expresión de la visión del Vicariato estas palabras deben ser una piedra de toque para dirigir el programa de formación. Los que desean ser agustinos de nuestro Vicariato deben descubrir si Dios les llama a abrazar la vida agustiniana en el estilo expresado en la declaración de visión. Por lo tanto, es primodial que los candidatos sean personas interesadas y capacitadas de vivir en comunidad, en armonía con sus hermanos; que sean personas comprometidas a la causa de los pobres y dispuestas de solidarizarse con ellos en su deseo de forjar una iglesia y una sociedad más participativa y más justa; y que tengan un espíritu misionero, es decir una disponibilidad de ir donde sea dentro de los ministerios elaborados por los hermanos del Vicariato.

El Vicariato no tiene límites geográficos fijos. Sin embargo, ha hecho una opción preferencial por los pobres que debe ser la opción de todos nuestros apostolados y ha hecho una opción en la iglesia particular de Chulucanas. Esta sigue siendo nuestro ministerio principal y todos candidatos deben mostrar una disponibilidad de servir en este ambiente.

Los elementos basicos de la formación agustiniana se encuentra en el Ratio Institutionis de la Orden. Brevemente subrayamos unos aspectos:

A. Formación para una vida de relaciones humanas

Porque dentro de nuestra tradición "la vida de comunidad es normativa"(RI, 16) y tiene sentido por sí misma (no como un mero medio para otro fin)(RI 18) es necesario un desarrollo en la persona de una capacidad de relacionarse con otros a nivels siempre más profundas. Poner un común la vida de la fe, las esperanza, los ideals, los sentimientos, los pensamientos, las limitaciones, etc. "supone apertura a los demás, sentido de pertenencia, aceptación, confianza y apoyo asi como sensibilidad y preocupación por los demás." (RI 16, 17). Es esencial que el ambiente de la casa de formación promueven la capacitad de los formandos de "aprender a construir la comunidad entre ellos mismos, trabajando y dialogando juntos." Reconocemos que el diálogo es un base fundamental de la vida comunitaria sin la cual "la vida de comunidad simplemente desaparece..."(RI, 17). También se nota que este nivel de comunicación "supone riesgo y confianza. Riesgo porque al abrirnos a los demás nos hacemos vulnerables; confianza porque necesitamos saber que los otros no van a hacernos daño sino que nos sentiremos aceptados y amados por ellos." (RI, 28). Todo candidato a la vida agustiniana ha de mostrar esta capacitad y deseo de tomar el riesgo para fomentar la comunicación y la comunión en la comunidad. Esta actitud permitirá un compartir de fe que es fundamental para una autentica compartir de vida (RI, 37).

B. Formación para una vida de amor, humildad, amistad, comunicación y armonía

i) Amor:

"Mientras otros escritores cristianos insisten, y no sin acierto, en ciertos valores bíblicos como la oración, la obediencia, la simplicidad, la pobreza, Agustín enfatiza de una forma muy suya el amor por el hermano que está a mi lado"(RI, 19). Los formandos han de mostrar una capacitad de amar a sus propios hermanos, tratándoles con respecto y fomentando con ellos lazos de fraternidad. Además en nuestra misión al servicio al lado de los pobres, han de mostrar un respecto por los pobres y sus costumbres y de ninguna manera puede mostrar una actitud de superioridad hacia ellos. Esto será el contrario del fundamento basico de la vida agustiniana.

La vida de oración en la comunidad y el servicio en el apostolado tienen que alimentar esta capacidad de amar a los demás. Por lo tanto aprender a trabajar en equipo es fundamental para la formación agustiniana. El equipo de formación ha de ofrecer un ejemplo de este modelo de actuar y los formandos tienen que trabajar en equipos para preparar liturgías, trabajo pastoral, trabajo manual, etc. Trabajando en equipos ellos aprenderán a respetar las opiniones de todos y tratar de buscar soluciones a conflictos que sirvirán a edificar los lazos de amistad y la vida comunitaria.

ii) Humildad:

Una disposición fundamental para vivir juntos en amor es la humildad (RI, 22). "La humildad no consiste en un servilismo esclavizante, sino en tener un sentido justo de la realidad". Como dice S. Agustín: "No se te pide que seas menos de lo que eres, dino que te des cuenta de lo que eres. Date cuenta de que eres débil, que ere un ser humano, que eres pecador." (RI, 22). Todo candidato para la vida religiosa ha de tener un espíritu abierto a aprender y aceptar la correción fraterna. Tiene que superar cualquier tendencia de tomar correciones como un ataque a su propia persona, sino aceptarla como una ayuda para crecer en su propios dones para el bien común.

iii) Amistad:

Amistad con Dios y con los hermanos es clave para la vida agustiniana. Dios tiene que ser verdaderamente un amigo de plena confianza (RI, 23) para el formando y por lo cual se necesita un interés en la vida de oración en la comunidad y personalmente. Un fundamento de la formación ha de ser el crecimiento en la vida de oración por lo cual un candidato tiene que mostrar fidelidad a la vida de oración, no por razones de compromisos impuestos, sino por convición personal que diálogo con Dios es esencial para tener a él como amigo de confianza.

La amistad con otros hermanos es fundamental para la vida agustiniana. Ciertamente el nivel de amistad va a ser distincta en nuestras relaciones con otros hermanos, pero todos candidatos a la vida agustiniana han de mostrar una capacidad y deseo de formar amistades entre uno o más personas en la comunidad. La ambiente en la casa de formación debe ofrecer "una atmósfera de amabilidad y afabilidad, y pusiese en práctica lo que Agustín considera como el corazón de todo amor: desear el bien para el otro." (RI, 27).

iv) Armonía:

Sabemos que la vida de comunidad "no es un sueño romantico, sino una escuela de realismo" (RI, 29). Por lo cual siempre aparecerán tensiones y conflictos. Por las diferencias de personalidades, sensibilidades y de maneras de ver las cosas pueden presentar tensiones entre los hermanos que se compromenten de vivir con "una sola alma y un solo corazón hacia Dios." "Tales tensiones y conflictos no deberían ser considerados anormales... Pero no deberían quedarse en meras experiencias frsutrantes. Deberían ser más bien experiencias provechosas en tanto en cuanto llevan a un crecimiento personal y favorecen un mayor placer en la participación en el grupo." (RI, 30). Aprender manejar esta tensiones y diálogar para resolverlas en forma que nadie gana o pierde sino que la comunidad se fortalezca debe ser parte importante del programa de formación.

C. Formación para la vida de comunidad a la luz de los tres votos

La Regla de Agustín es una expresión del desafío cristiano de integrar a todo el mundo en una total comunidad. "La Regla suena a protesta contra la desigualdad en una sociedad marcada por el egoísmo y el individualismo, por el afán de poseer, por el orgullo y el poder."(RI, 32). La profesión de nuestros votos tiene que ser comprendidos dentro de esta marca agustiniana. Su amor a la vida comunitaria se refleja en su interpretación de los votos. Además la realidad de nuestro continente y en particular la de nuestros vicariatos deben influir nuestra consideración de los votos para que nuestra vida religiosa sigue sonar a protesta contra las desigualdades de la sociedad.

i) Pobreza:

La "comunidad de bienes" o "compartir los bienes" expresa el fundamento en nuestro voto de pobreza. Compartir los bienes, ser generoso con lo que tenemos es parte integral de nuestra espiritualidad y de hecho "para Agustín la primera condición para formar una auténtica comunidad de hermanos que vivan juntos en armonía"(RI, 36). Como tal, el voto de pobreza de fundamento en la vida comunitaria. La pobreza, una sencillez en estilo de vivir, debe ayudar a los hermanos de depender en el otro y así fortelecer los lazos de fraternidad. Una acumulación de bienes corre el riesgo de hacernos independiente de uno a otro, en vez de depender en el otro. Además el voto de pobreza nos solidariza con la sociedad latinoamericana. "Compartir los bienes materiales no se ha de limitar a la construcción de una comunidad sóo entre nosotros. Debería extenderse a la realización de una sociedad mejor y más justa" (RI, 36). El programa de formación debe promover esta actitud entre los formandos para que ellos vean el valor en simplicidad de vida y también hagan hechos de solidaridad con los pobres de nuestra patria. Como nos enseña S. Agustín: "Deja que Cristo pobre reciba aquello de lo que se priva el cristiano que ayuna. Deja que la austeridad de una alma llena de amor sea el sustento del necesitado. Deja que la voluntaria necesidad de quien posee en abundancia se convierta en la abundancia necesaria del que pasa necesidad." (Sermon 210, 10, 12).

ii) Obediencia:

La obediencia es una actitud amistosa de "responsabilidad compartida" (RI, 40) que "lleva consigo dos movimientos: uno de escucha y atención hacia las llamads o necesidades de otra persona ym en segundo lugar, otro de respuesta concreta a esas necesidades" (RI, 41). Tomando en cuenta que la obediencia es un acto de relación interpersonal que respeta la personalidad de cada uno, y a la vez que requiere una disponibilidad de servir a los demás, el programa de formación debe fomentar este nivel de madurez. Sobre todo entre los profesos, debe existir una responsibilidad compartida en la organización de la vida comunitaria, la vida de oración, compras, mantenimiento de la casa, etc. Deberían haber reuniones entre ellos donde pueden expresarse libremente sobre la vida comunitaria y forjar, con la guia de los formadores, los acuerdos que promuevan una vida comunitaria madura.

iii) Castidad:

El voto de castidad ha de animarnos de "ser el compañero de la gente desgraciada o necesitada, el compañero de los que se encuentra solos y de quienes buscan desesperadamente el sentido de la vida" (RI, 42). En nuestra sociedad, con una situación de familias amenazadas por la situación económica y por la falta de fidelidad en muchos compromisos matrimoniales, el voto de castidad puede ofrecer un signo concreto que llama la atención de la sociedad. Fidelidad al celibato y a las otras dimensiones del voto de castidad puede dar a la sociedad ejemplos concretos de lo que "ser para los demás" significa. No hay mucha tradición en la sociedad peruana que promueve este voto desde las raices de la cultura misma. Sin embargo, su valor es grande porque despierta la atención de muchos y les invita a descubrir la fuerza espíritual que permite a una persona profesar este voto libre y voluntariamente por la vida.

Por lo tanto, educación sobre la sexualidad, cursos y programas que ayudan a los formandos de respetar su propia sexualidad y a la vez descubrir si son llamados por el Señor vivir el voto de castidad, son elementos esenciales del programa de formación.

D. Formación el la Oración

La oración personal y comunitaria son complementarias y elementos indespensables en la espíritualidad agustiniana. En la Regla, Agustín de hecho menciona la oración en común antes que la oración personal. "Debido a nuestra tradición... nosotros los agustinos debemos acentuar fuertemente la oración en común."(RI, 51). Por lo cual la expectación de la comunidad de formación es que todos los miembros de la comunidad participan activa y diaramente en las celebraciones liturgicos y los momentos de oración en común. También todos los formandos debe participar en la preparación de las liturgias de la casa. Así, reflexionando sobre la realidad y iluminado por la palabra de Dios, la oración de la casa responde a las necesidades de la comunidad y de la sociedad y lleva a cada uno a comprometerse más al servicio del pueblo. Por Agustín no "tiene sentido orar con los labios si no ponemos en práctica lo que decimos en nuestras oraciones." (RI, 48).

"Pero es también importante señalar que una oración en común reposa en personas que ha aprendido a orar con todo el corazón."(RI, 51). Por lo tanto el desarrollo de una vida de oración personal es prioritario en la casa de formación. Para ayudar en este nivel y en otras niveles de interioridad, es la obligación de todos formandos tener un director espíritual con quien tiene contactos regulares. También para fomentar un espíritu de oración debe guardar un ambiento de silencio alrededor de la capilla.

La palabra de Dios debe ser parte esencial en la vida de oración comunitaria y personal. De hecho, por Agustín es lo primero (RI, 64) y así debe ser para los que desean seguir su espíritualidad. Para mejor promover un conocimiento de la palabra todos los formandos deben ofrecer reflexiones bien preparadas sobre la palabra por lo menos una vez al mes. Así, profundizará poco a poco su conocimiento de la palabra y aprenderá el arte de predicar.

E. Vivencia de la Espiritualidad Agustiniana:

Desafíos:

¿Qué significa en la vida espiritual buscar a Cristo? y ¿dónde encontrarlo? "Maestro, ¿dónde vives?". Para buscar a Cristo el Papa Juan Pablo II señala un triple camino: la meditación fiel de la Palabra de Dios, la participación activa en los sagrados misterios de la Iglesia, el servicio de la caridad a los más pequeños. (PDV, 46).

Según el estilo agustiniano, buscamos a Cristo y al prójimo comunitariamente, "con un solo corazón y una sola alma", a ejemplo de la primera Comunidad Cristiana de Jerusalén, tratando de formar una comunidad de amigos, que sea al mismo tiempo una comunidad orante y una comunidad misionera.

"La formación para la vida de comunidad ha de hacerse de un modo gradual y sistemático, tratando siempre de mantener un equilibrio entre los valores humanos y aquéllos basados en los consejos evangélicos. Esta formación debería desarrollarse siempre desde la comunidad de vida, la comunidad de fe y la comunidad de apostolado, que constituyen la quintaesencia de la comunidad agustiniana" (RI, 85).

Nosotros, los miembros del Vicariato Agustiniano San Juan de Sahagún nos comprometemos en la promoción y formación de vocaciones para nuestra iglesia local de Chulucanas y para nuestro Vicariato. Estamos dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para que algunos de nuestros miembros se preparen adecuadamente para la labor de formación agustiniana en el Perú.